El embarazo es un nuevo estado fisiológico en la mujer que no tiene por qué causar ningún problema para su salud y la del futuro bebé que está esperando. No obstante, es muy importante hacer un seguimiento adecuado de toda la gestación para detectar posibles alteraciones y prevenirlas a tiempo.
Desde que se ha generalizado el control médico del embarazo y se ha instaurado el parto hospitalario, la mortalidad perinatal ha descendido notablemente en las sociedades industrializadas, siendo muy inferior a la mortalidad materno-fetal de los países subdesarrollados o en vías de desarrollo.
Por ello, es muy importante que todas las embarazadas tengan un control prenatal precoz, periódico, completo y de calidad, según la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO).
A continuación tienes un índice con todos los puntos que vamos a tratar en este artículo.
Tan pronto la mujer descubra que está embarazada, deberá pedir cita en el ginecólogo para iniciar el control prenatal.
En la primera visita, llamada visita de captación, se abrirá la historia clínica de la paciente, que debe incluir toda esta información:
A continuación, el ginecólogo hará una exploración física a la paciente, que se basa en la palpación de los genitales y las mamas, la medida del peso y la estatura para calcular el IMC, la toma de la tensión arterial, etc.
Otras pruebas complementarias posibles son las siguientes:
En función de todos los resultados obtenidos, el ginecólogo dará a la mujer todas las recomendaciones nutricionales y cuidados que sean necesarios para el correcto desarrollo del embarazo.
En todas las siguientes revisiones médicas del embarazo, el ginecólogo hará una exploración física y tomará las medidas del peso y la presión arterial.
La ecografía del primer trimestre, que en muchos casos es la primera ecografía de la mujer, debe hacerse entre las semanas 11 y 13 de gestación, y suele ser por vía vaginal. Los objetivos de esta ecografía son los siguientes:
Puedes conocer todos los detalles sobre esto en el siguiente artículo: Ecografía en el primer trimestre de embarazo.
A continuación, vamos a hablar de las pruebas diagnósticas que pueden hacerse para comprobar que el feto está sano y que no presenta anomalías cromosómicas.
Esta prueba consiste en analizar el ADN del feto obtenido a partir de una simple muestra de sangre de la madre. El test prenatal no invasivo puede realizarse a partir de la semana 9 de embarazo y cuenta con múltiples ventajas.
Las alteraciones genéticas que pueden detectarse en el ADN fetal son aquellas que afectan al número de cromosomas: síndrome de Down, síndrome de Edwards, síndrome de Patau y las relacionadas con los cromosomas sexuales.
Este test no invasivo está siendo cada vez más utilizado debido a su sencillez y ausencia de riesgos tanto para el feto como para la madre. Además, se ha conseguido reducir en gran medida el número de pruebas invasivas realizadas, como la amniocentesis.
No obstante, cabe destacar que la prueba de ADN fetal en sangre materna no está cubierta por la Seguridad Social ni por los seguros de salud privados. Por tanto, las mujeres que deseen hacerla tendrán que pagar su precio.
Para más información sobre la prueba de ADN fetal en sangre, puedes seguir leyendo aquí: Test prenatal no invasivo en sangre materna.
El cribado combinado del primer trimestre, también conocido como triple screening, es una prueba bioquímica que hoy en día se hace de forma rutinaria a todas las embarazadas para determinar el riesgo de que el bebé tenga alteraciones congénitas.
Esta estimación se hace a partir de los siguientes parámetros que el ginecólogo obtiene del análisis de sangre y la ecografía del primer trimestre:
Los valores obtenidos se comparan con unas tablas realizadas de acuerdo a un patrón de normalidad en relación con la semana de embarazo.
En función del índice de riesgo (IR) obtenido en el triple screening, será necesario o no hacer otras pruebas diagnósticas invasivas con el objetivo de descartar alteraciones cromosómicas.
Una vez pasada la prueba del triple screening y superar las 12 semanas de embarazo, el riesgo de aborto es mucho menor y la mujer se siente más relajada.
A partir de la semana 15 de embarazo, se determinan los valores de la alfa fetoproteína (AFP), la beta-hCG y el estriol (E3) en la sangre materna para hacer un cribado bioquímico doble o triple.
Estos parámetros son indicadores de posibles anomalías estructurales en el feto, especialmente defectos del cierre del tubo neural:
Para generalizar las unidades de estas medidas y evitar variaciones en función de la edad gestacional, se mide en MoM (múltiplos de la mediana). Se considera un resultado normal cuando los valores están entre 0,5 y 2,5 MoM. El valor normal es de 1 MoM, por lo que a mayor distancia de este valor, peor resultado.
Se sospechan problemas en el desarrollo fetal cuando el valor de la AFP y el de la beta-hCG es menor a 0,4 o mayor a 2,5, y el valor del estriol es menor a 0,5.
La ecografía del segundo trimestre, también conocida como ecografía morfológica, debe hacerse entre las semanas 18 y 22 de embarazo.
Es una de las ecografías más importantes de todo el embarazo y sus objetivos son los siguientes:
Con los resultados de esta ecografía y el cribado bioquímico, el ginecólogo determinará la necesidad de hacer más pruebas prenatales como las que se comentan a continuación.
La biopsia de corion consiste en la obtención de vellosidades coriónicas de la placenta por vía vaginal o transabdominal con el objetivo de hacer un cariotipo de las células fetales.
Es una prueba prenatal invasiva, pero sirve para confirmar el diagnóstico de los cribados bioquímicos o del test de ADN fetal. También se han podido identificar falsos positivos o negativos de las pruebas anteriores.
La ventaja de la biopsia de corion es que puede realizarse antes de la amniocentesis, entre la semana 10 y 14 de gestación. No obstante, es una técnica más dificultosa que comporta más riesgos.
Para obtener más información sobre esta prueba diagnóstica prenatal, puedes seguir leyendo aquí: ¿Qué es la biopsia de vellosidades coriales?
La amniocentesis es una prueba prenatal invasiva que consiste en la extracción de una muestra de líquido amniótico atravesando la pared abdominal de la madre mediante una fina aguja y control ecográfico.
El líquido amniótico contiene células fetales, las cuales pueden analizarse al igual que al hacer la biopsia corial e identificar posibles alteraciones genéticas.
La amniocentesis se realiza generalmente entre las semanas 15 y 20 de gestación en mujeres de edad materna avanzada, con antecedentes de hijos con cromosomopatías, con riesgo de transmitir enfermedades genéticas hereditarias o cuando los valores del triple screening han salido alterados.
Si te interesa seguir leyendo sobre este tema, te recomendamos entrar en el siguiente post: ¿Qué es la amniocentesis?
Entre las semanas 34 y 36 de embarazo, la mujer tendrá que hacerse la ecografía del tercer trimestre para comprobar los siguientes parámetros:
Esta ecografía puede aportar información relativa al parto: cuándo será, cómo será, las precauciones que debe tener la mujer, etc.
El test de O’Sullivan es una prueba para determinar el nivel de glucosa en sangre y diagnosticar si la mujer sufre diabetes gestacional.
Se hace en todas las mujeres embarazadas entre las 24 y 28 semanas de gestación, aunque si existen factores de riesgo deberá hacerse antes.
En caso de obtener un resultado positivo (glucosa ≥ 140 mg/dl o 7,8 mmol/L), la mujer tendrá que hacerse una segunda prueba de sobrecarga de glucosa para confirmar el diagnóstico.
Si quieres seguir leyendo información más detallada sobre esta prueba, puedes visitar este enlace: ¿Qué es la diabetes gestacional?
Tres o cuatro semanas antes de la fecha prevista de parto, la mujer tendrá que acudir semanalmente a consulta para controlar el bienestar fetal.
Esto es lo que se conoce como monitorización fetal anteparto (MFA) y consiste en registrar los latidos cardiacos del feto, y el ritmo y la intensidad de las contracciones de la madre.
Una vez llegado a las 40 semanas de gestación, si el parto no se mueve de forma natural, el médico indicará si es necesario inducirlo o programar una cesárea en la fecha más adecuada.
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Las mujeres que tienen un embarazo sin complicaciones gestacionales, deberán seguir el calendario de consultas prenatales establecido por la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO). Por ello, lo recomendable sería acudir a una revisión prenatal:
El triple screening no representa un diagnóstico, sino que es una prueba estadística basada en marcadores bioquímicos presentes en la sangre materna que establece un índice de riesgo.
No aporta información sobre el estado real del bebé, sino que se basa en un simple cálculo de probabilidades.
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Las pruebas más importantes para saber que el embarazo evoluciona de forma correcta y que el feto tiene un buen estado de salud son, en primer lugar, la ecografía de las 12 semanas y el triple screening, y por otra parte, la ecografía morfológica de las 20 semanas.
También es importante destacar la amniocentesis en mujeres que presenten factores de riesgo, ya que es la única prueba que asegura al 100% que el feto no tiene alteraciones genéticas.
Puedes obtener más información sobre este tema en el siguiente artículo: Tipos de test de diagnóstico prenatal.
Solamente en el caso de que el ginecólogo crea conveniente que la mujer se inmunice sobre alguna enfermedad de la que no se ha vacunado previamente. Cabe recalcar que, durante el embarazo, sólo pueden administrarse vacunas con virus inactivos, vacunas bacterianas y toxoides como, por ejemplo, difteria, tétanos, cólera, meningococo, neumococo, hepatitis, rabia, poliomielitis, etc.
La vacuna de la gripe también debe ser ofertada a todas las embarazadas durante los periodos del año que son más susceptibles al contagio.
El seguimiento general del embarazo que hemos comentado a lo largo de este artículo es el mismo por la Seguridad Social que en un ginecólogo privado. Es posible que las mujeres que acuden al médico privado tengan más controles o más ecografías para quedarse más tranquilas, pero el resto es igual.
De hecho, hay mujeres que deciden hacer el seguimiento por ambas vías, es decir, ir a la Seguridad Social y luego hacer más visitas por lo privado. La ventaja de ir a la Seguridad Social es que también te atiende una matrona además del ginecólogo, la cual puede ayudar mucho a las embarazadas primerizas.
Puedes leer más sobre esto aquí: Papel de la matrona en el embarazo, parto y posparto.
Tener un correcto control durante el embarazo es fundamental para evitar poner en peligro la salud de la madre y/o del bebé. Las embarazadas deberán acudir a las revisiones médicas durante la gestación y realizarse las pruebas oportunas que le indique su médico.
Aquellas mujeres que dan a luz sin llevar un control durante el embarazo tienen mayor riesgo de tener hijos prematuros, con bajo peso al nacer o sufrir cualquier otra complicación gestacional.
El seguimiento del embarazo dependerá del momento y de las semanas de gestación. Lo importante es detectar cualquier alteración o trastorno a tiempo.
La frecuencia con la que se realizará una revisión durante el embarazo dependerá también de la probabilidad de riesgo del embarazo y de la futura mamá.
En el siguiente artículo, encontrarás más información sobre todas las ecografías que se realizan durante el embarazo: Ecografía fetal en el primer, segundo y tercer trimestre.
Una vez pasadas las 40 semanas de gestación, llega el momento tan esperado de dar a luz. Si quieres conocer todos los detalles sobre el parto, puedes acceder al siguiente post: ¿Cómo es el parto?
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