Una vez realizada la transferencia embrionaria en un tratamiento de fecundación in vitro (FIV), el éxito dependerá solo de los embriones y su capacidad para implantar en el útero. Aun así, la mujer se cuestiona qué puede hacer, si debe o no mantener reposo y qué cuidados debe seguir para intentar aumentar las probabilidades de embarazo.
Cuando la paciente abandona la sala de transferencia, solo queda esperar. A partir de este momento, comienza la cuenta atrás hasta el análisis de beta-hCG que determinará si está embarazada. Esto es lo que se conoce como la famosa betaespera y la mayoría de pacientes buscan consejos para sobrellevarla lo mejor posible.
A continuación tienes un índice con todos los puntos que vamos a tratar en este artículo.
El consejo básico tras la transferencia de embriones es seguir un estilo de vida normal, sin obsesionarse con los resultados del tratamiento de fertilidad. A continuación, se enumeran otras recomendaciones tras la transferencia embrionaria:
Si fuera necesario medicarse por algún tipo de molestia, como dolor de cabeza, dolor de muelas o alguna afección de este tipo, lo más indicado es hablar con el especialista que ha llevado el tratamiento.
Por último, cabe destacar la importancia de tener una actitud positiva tras la transferencia embrionaria hasta el día de la prueba de embarazo. Es fundamental evitar el estrés y la ansiedad e intentar pensar en otras cosas para reducir la incertidumbre durante estos días.
Te recomendamos leer el siguiente artículo para seguir obteniendo información sobre el tema: Recomendaciones para después de la FIV: ¿hay que hacer reposo?
Los síntomas que pueden aparecer tras la transferencia embrionaria varían de una mujer a otra, incluso entre distintos embarazos en una misma mujer. Tampoco hay que alarmarse si no aparece ningún síntoma durante la betaespera, pues no todas las mujeres los presentan y ello no significa que la implantación embrionaria no se haya producido.
Los síntomas pueden ser causados tanto por el embarazo como por la medicación tomada durante el tratamiento reproductivo, por lo que padecerlos no indica éxito ni tampoco fracaso.
Algunos de los síntomas más comunes tras la transferencia embrionaria, aparte de la ausencia de la menstruación, son los siguientes:
Estos síntomas aparecen tanto después de una transferencia de embriones congelados como de embriones en fresco, al igual que si se trata de embriones en día 3 o en día 5.
La elección de tu tratamiento no se trata solo de una decisión médica. Hay otros factores que debes tener en cuenta para asegurarte de que vas a iniciar el tratamiento que más se ajusta a tu situación.
Si accedes a nuestra guía Fertilidad con Cabeza podrás encontrar la clave para elegir tu tratamiento.
Se aconseja contactar con el centro si se producen síntomas de mayor intensidad y gravedad como un sangrado continuado, fiebre, vómitos, hinchazón, dolor abdominal o incluso dificultad para respirar.
En un embarazo natural, los embriones implantan aproximadamente entre 6 y 8 días después de llegar al útero. Esto supone que la implantación embrionaria tiene lugar cuando están en estadio de blastocisto. Aunque este es el momento en el que comienza la implantación, el proceso completo puede durar una semana aproximadamente.
En un ciclo de FIV, los embriones de día 3 de desarrollo deben permanecer en el útero al menos otros 3 días para llegar a blastocisto e implantar. En cambio, los embriones que están en día 5 pueden adherirse al endometrio en cualquier momento.
Una vez transferidos los embriones al útero, el siguiente paso es realizar la prueba de embarazo. El test de embarazo se hace transcurridos 10 y 12 días después de la transferencia. No se recomienda hacerlo antes porque la hormona del embarazo, la hCG, va aumentando progresivamente. Por ello, si se hace la prueba de embarazo antes de tiempo, se corre el riesgo de que el nivel hormonal no sea suficiente como para ser detectado por el test. De este modo, obtendríamos así un resultado falso negativo.
En cualquier caso, lo más importante de todo es mantener la calma y seguir paso a paso las pautas marcadas por el centro de reproducción asistida.
En este vídeo, Silvia Azaña, embrióloga en Reproducción Asistida ORG, nos habla sobre la betaespera y nos da algunos consejos sobre qué es recomendable hacer en estos días.
Silvia dice:
Después de un tratamiento de reproducción asistida, tras la inseminación artificial o la transferencia embrionaria, tu gine te dirá que ahora es necesario esperar unos 12-15 días para poder realizar la prueba de embarazo, la beta, y conocer el resultado. Además, te dirá que puedes hacer vida normal, sin esfuerzos como coger peso, y que trates de estar tranquila y distraída.
La mayoría de especialistas ellas desaconsejan las relaciones sexuales tras la transferencia, ya sea por producir contracciones uterinas que afectarían a la implantación, por generar un esfuerzo físico que impediría la implantación embrionaria u otras.
Existe también otras corrientes que atribuyen a las relaciones sexuales efectos beneficiosos, por ejemplo por estimular la tolerancia inmunológica necesaria para que el embrión implante tras la transferencia. Son pocos los estudios científicos serios sobre este tema, y, por tanto, tienen escasa evidencia científica.
En general las relaciones sexuales suelen prohibirse en la mayoría de los centros, más que en base a una evidencia científica, en aras de salvaguardar el bienestar psicológico de la pareja en caso de resultado no deseado. Las parejas que presentan abortos o negativos tras las transferencias suelen buscar hechos concretos e incluso culpables a fin de explicar dicho resultado adverso. En muchas ocasiones la sensación de culpabilidad es hacia los miembros de la pareja, lo cual es tremendamente dañino en un proceso de fertilidad.
Es cierto que una vez realizada la transferencia embrionaria y llegado el momento de la implantación del embrión en el endometrio, es posible que se produzca un ligero sangrado como resultado del paso del catéter de transferencia a través del cuello uterino o debido a la invasión del endometrio por parte del embrión transferido.
La presencia de un sangrado posterior a la transferencia embrionaria, por si misma, no es indicativo ni de que se vaya a producir embarazo ni de lo contrario, habrá que esperar a la realización de la prueba de gestación para poder afirmar la obtención de resultado positivo o negativo.
Se deben evitar los baños en piscinas, spas y bañeras durante al menos una semana tras la trasferencia embrionaria para evitar posibles infecciones o interferencias con la medicación vaginal. No hay contraindicación para la ducha diaria.
Lo más importante en este momento es no obsesionarse con los tiempos de reposo ni con qué hacer para aumentar la probabilidad de embarazo. La mujer debe relajarse, tranquilizarse y disfrutar de las pequeñas cosas de cada día, lo cual sí que puede influir de forma positiva.
Es importante recordar que las mujeres que quedan embarazadas de forma natural no saben que se han quedado embarazadas hasta que no tienen un retraso menstrual o se realizan una prueba de embarazo, por lo que no hacen ningún tipo de reposo ni limitan sus actividades diarias. Asimismo, tras la transferencia de embriones no es necesario limitar la actividad normal, simplemente no se debe hacer un esfuerzo excesivo constante.
Una vida personal y social tranquila es aconsejable, evitando situaciones que generen estrés, ansiedad o nerviosismo. Es un momento de sentimientos y emociones enfrentadas e intensas, pero hay que tratar de controlarlas con la ayuda de familiares, amigos y la pareja. También es recomendable solicitar asesoramiento psicológico especializado en reproducción asistida.
No. Está muy extendida la creencia de que una vez hecha la transferencia de los embriones hay que hacer reposo absoluto en cama, lo que implica paralizar el ritmo de vida habitual de la mujer. Una de las preocupaciones de los pacientes que se realizan un tratamiento de FIV es evitar que se expulsen los embriones que se han introducido en el útero. Sin embargo, no existe evidencia científica que sustente la necesidad de un reposo absoluto.
La implantación embrionaria no está relacionada con la actividad física. Una vez los embriones se depositan en el útero, comienza su interacción con el endometrio para permitir la posterior adhesión e invasión, necesarias para que pueda ocurrir el embarazo.
Por todo esto, es importante que la paciente no se culpabilice por no haber hecho reposo y haber hecho vida normal, especialmente si el ciclo de fecundación in vitro no es exitoso.
Puedes hacer la prueba de embarazo, no es contraproducente, pero es probable que el resultado obtenido no sea fiable, pues en caso de haberse producido la implantación, el valor de hormona beta-hCG será todavía muy bajo como para poder ser detectado por el test.
Es posible que, debido al estrés del tratamiento, la medicación administrada y la manipulación uterina durante la transferencia, la mujer sienta ligeros dolores de cabeza, vientre o espalda. Si la intensidad es leve, no tiene por qué preocuparse. En caso de que el dolor sea insoportable, se recomienda consultarlo con el especialista.
No es necesario estar acostada tras la transferencia. Los embriones, una vez depositados en el útero materno, no se perderán aunque la futura madre tome una posición vertical.
Una de las recomendaciones comentadas anteriormente es evitar las relaciones sexuales. Si te gustaría seguir informándote acerca del por qué de este consejo, te invitamos a leer el siguiente artículo: ¿Afectan las relaciones sexuales a la transferencia embrionaria?
Si lo que te interesa es saber más acerca de los síntomas tras la transferencia embrionaria, entonces te aconsejamos visitar este enlace: ¿Cuáles son los síntomas tras una transferencia embrionaria?
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