El diagnóstico genético preimplantacional (DGP), también conocido como PGT por sus siglas en inglés, es una técnica de prevención que se utiliza en reproducción asistida con la finalidad de detectar anomalías en el material genético de los embriones. Se trata, por tanto, de una técnica complementarias que ayudará a elegir el mejor embrión para transferir en un tratamiento de fecundación in vitro (FIV).
Gracias al DGP, es posible evitar la transferencia de embriones con alteraciones genéticas o cromosómicas y, de esta manera, aumentar la probabilidad de tener un hijo sano.
Esta técnica se puede aplicar en todos los pacientes que se han sometido a un tratamiento de FIV y han conseguido embriones. Pese a ello, hay situaciones en las que se recomienda más hacer DGP para obtener un mejor pronóstico del tratamiento reproductivo.
A continuación tienes un índice con todos los puntos que vamos a tratar en este artículo.
Aunque, en general, se utiliza el término diagnóstico genético preimplantacional o DGP para hacer referencia al uso de esta técnica, lo cierto es que se distinguen dos conceptos en función de la finalidad:
En función de si se pretenden detectar alteraciones genéticas o cromosómicas en los embriones, las técnicas para el análisis del ADN embrionario serán diferentes.
Los especialistas en genética y fertilidad aconsejarán llevar a cabo un DGP para tener un hijo en los siguientes casos:
Si quieres conocer en detalle las indicaciones y enfermedades genéticas que pueden detectarse mediante el DGP, puedes seguir leyendo aquí: Indicaciones del DGP.
La elección de tu tratamiento no se trata solo de una decisión médica. Hay otros factores que debes tener en cuenta para asegurarte de que vas a iniciar el tratamiento que más se ajusta a tu situación.
Si accedes a nuestra guía Fertilidad con Cabeza podrás encontrar la clave para elegir tu tratamiento.
Para poder hacer un DGP a los embriones, es necesario que la pareja o mujer se encuentre en un tratamiento de FIV. Por tanto, el primer paso es hacer una estimulación ovárica que permita obtener un número elevado de óvulos para fecundar.
Tras la punción ovárica para la obtención de los óvulos, se procede a fecundarlos mediante la técnica de ICSI (microinyección intracitoplasmática de espermatozoides) para la obtención de embriones.
El DGP puede hacerse tanto en embriones de 3 días en cultivo como en blastocistos de 5 días. En este último caso, es posible extraer un mayor número de células del trofoectodermo para hacer el estudio genético.
Los pasos para hacer el DGP en cada uno de los embriones son los siguientes:
Por último, se valora la calidad de los embriones que sí son genéticamente viables para transferirlos al útero materno. Por otra parte, los embriones sobrantes se vitrificarán para futuros intentos.
Si quieres saber más sobre los pasos de este proceso, puedes acceder a este artículo: Procedimiento del DGP.
Existen 3 tipos de análisis genético de los embriones en función del tipo de anomalía genética que se estudie. En el siguiente vídeo, Silvia Azaña, embrióloga en Reproducción Asistida ORG, nos cuenta las diferencias entre las distintas modalidades de PGT:
Tal y como cuenta Silvia en el vídeo:
El PGT-A evalúa si hay alteraciones cromosómicas numéricas o aneuploidías, es decir, si el número de cromosomas del embrión está alterado.
El PGT-M es el test indicado para evitar transmitir una enfermedad monogénica en concreto a la descendencia, cuando hay riesgo de que el bebé la padezca (porque existen antecedentes, un diagnóstico en los padres o ambos son portadores). El PGT-M (cuya M viene, por tanto, de enfermedades monogénicas, que afectan a un único gen).
En el caso del PGT-SR, la SR viene de reordenamientos estructurales en inglés, ya que analiza si hay alteraciones estructurales desequilibradas en los cromosomas del embrión.
El DGP aplicado a la prevención de enfermedades hereditarias graves presenta un claro beneficio, pues evita que la pareja tenga que tomar la decisión de interrumpir o no el embarazo por llevar un bebé enfermo.
Por otra parte, el DGP para tratar la infertilidad y aumentar las tasas de éxito sí que da lugar a debate entre defensores y detractores de la técnica por las consideraciones éticas que implica.
A continuación, vamos a comentar las ventajas e desventajas del DGP, así como algunos aspectos éticos y legales.
Las personas que deciden hacer un DGP durante la búsqueda del embarazo pueden lograr los siguientes beneficios:
Tal y como hemos comentado previamente, aplicar la técnica de DGP reduce el número tratamientos de FIV. Además, esto también tiene la ventaja de que disminuye el coste económico invertido.
Es cierto que el DGP supone tener que pagar una cantidad de dinero adicional, pero también es posible que se produzca el embarazo antes que si no se aplicara el análisis genético.
Por tanto, en este caso, se estaría reduciéndose o evitándose, el coste que supondrían futuras transferencias embrionarias.
La aplicación del DGP también tiene, como el resto de técnicas de reproducción asistida, algunos inconvenientes:
El resto de inconvenientes del DGP tienen que ver con aspectos éticos y morales, de los que hablaremos en el siguiente apartado.
Algunas personas, por su creencia o religión, consideran que la vida empieza en el mismo momento de la fecundación. Por tanto, no están a favor de descartar embriones que podrían dar lugar a una vida, al igual que las personas que están en contra del aborto.
Por otra parte, tampoco consideran ético rechazar embriones que podrían dar lugar a niños con síndrome de Down, síndrome de Turner u otras enfermedades genéticas.
Estas son algunas de las cuestiones éticas y morales que entran en debate sobre el DGP y su aplicación:
Precisamente por la controversia que genera, esta técnica reproductiva no está legalizada en muchos países y, si la ley la permite, generalmente se contemplan ciertas restricciones.
Gracias a la pionera Ley 14/2006 sobre Técnicas de Reproducción Humana Asistida, el diagnóstico genético preimplantacional es una técnica permitida en España. No obstante, para su aplicación es necesario que se cumplan algunos requisitos:
La legalización del DGP en España ha permitido que nuestro país sea uno de los destinos principales para el llamado turismo reproductivo. Cabe destacar que el uso del DGP está muy restringido en países como Italia o Alemania.
Puedes seguir leyendo sobre este tema en el siguiente artículo: Turismo reproductivo para conseguir el embarazo.
El diagnóstico genético preimplantacional supone una complejidad añadida al proceso habitual de la fecundación in vitro, por lo que el coste económico es superior.
En general, el coste del DGP puede suponer unos 3.000-4.000€ adicionales al procedimiento de FIV-ICSI. Este precio de esta técnica complementaria dependerá de si se analizan únicamente los cromosomas básicos mediante FISH, los básicos con alguno adicional o todos los cromosomas.
Además, en el precio del DGP también influyen otros factores como la edad de la mujer, la técnica utilizada para el análisis, etc.
Para comparar si una clínica es realmente más cara que otra, no debes fijarte sólo en el precio final. Tienes que conocer lo que esconden los presupuestos, algo que ninguna clínica te va a contar.
Accede a nuestra guía Fertilidad con Cabeza para descubrirlo.
Normalmente, los centros de reproducción asistida suelen desglosar los presupuestos para que los pacientes puedan ver cuánto cuesta cada parte del tratamiento completo, además de la biopsia embrionaria y los estudios genéticos habituales.
Cabe destacar que el precio final de un ciclo de FIV con DGP también depende de cada clínica de fertilidad y de cada caso en particular. No obstante, para hacerse una idea de su coste, el precio de una FIV con DGP se suele situar entre los 8.000€-9.000€.
En el siguiente vídeo, la Dra. Ana Gaitero, directora médica de los centros HM Fertility Center, nos habla sobre el diagnóstico genético preimplantacional, sus indicaciones y procedimiento.
Tal y como dice en el vídeo:
Llamamos DGP al diagnóstico genético preimplantacional. Para hacerlo, necesitamos hacer embriones fuera del útero de la madre, cosa que hacemos en una fecundación in vitro o en una microinyección espermática. El objetivo es estudiar a los embriones mejor antes de ponerlos dentro de la madre.
El diagnóstico genético preimplantacional (DGP o PGT) es una herramienta que nos permite estudiar las alteraciones cromosómicas y genéticas de un embrión antes de ser transferido al útero materno. Entre los principales riesgos del DGP se encuentran:
La calidad embrionaria es un término complicado de definir. Por un lado, tendríamos la calidad “morfológica”, atendiendo a la disposición del trofoectodermo y la masa celular interna, y que nos da la clasificación por letras (A, B, C, D).
Sin embargo, que un embrión esté categorizado como A no implica que sea normal genéticamente hablando (lo que denominamos Euploide). Por lo tanto, podemos afirmar que la calidad morfológica no implica necesariamente una mayor probabilidad de resultar genéticamente normal tras realizar el PGT.
En la actualidad, no es posible hacer DGP a los óvulos. Esta técnica dañaría los óvulos y no sería posible fecundarlo para obtener embriones.
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El tiempo en el que se aportan los resultados del DGP suele ser de entre 2 y 4 semanas, aunque estos pueden variar según la técnica, el laboratorio de genética, etc. Asimismo, algunos laboratorios ofrecen la posibilidad de realizar un diagnóstico en 24h, aunque estos casos suelen estar estudiados, tanto por los costes como riesgos asociados.
Un aspecto importante es el caso en el que se precisa de un estudio genético previo para analizar enfermedades hereditarias. Estos casos suponen un estudio previo variable dependiendo de la patología y conocimientos sobre la enfermedad que puede llegar a los 2 meses. Después de ese periodo de tiempo se deberá realizar el tratamiento de reproducción asistida que concluirá con el diagnóstico genético. Es decir, que dicho proceso puede alargarse hasta los 4 meses.
De modo general, realizar un test genético preimplantacional (PGT, antes llamado DGP) estaría aconsejado en situaciones como:
En cualquier caso, el equipo médico a cargo del tratamiento de reproducción asistida valorará cada caso particular para ver si realizar un PGT estaría indicado o no.
En la actualidad, el DGP se ha convertido en una parte intrínseca de la medicina reproductiva y se suma a las opciones preventivas que se les ofrece a parejas con antecedentes personales o familiares de enfermedades hereditarias graves. También es útil como herramienta de mejora de las opciones reproductivas en grupos específicos de parejas con subfertilidad o riesgo incrementado para tener embriones con alteraciones cromosómicas.
El futuro del DGP busca integrar los nuevos conocimientos y desarrollos en metodologías de alto rendimiento genético, como las plataformas de ultrasecuenciación de nueva generación, junto con los avances en técnicas de reproducción asistida (TRA) para conseguir mejorar las opciones reproductivas de todas las parejas que acuden a las clínicas de reproducción asistida.
Desde punto de vista reproductivo, si fijamos como edad materna avanzada mujeres que buscan gestación a partir de 40-41 años, los datos clínicos son claros y revelan que los óvulos de estas mujeres presentan riesgo aumentado de alteraciones cromosómicas, especialmente trisomías como la del cromosoma 21 o Síndrome de Down.
Los datos clínicos de los principales grupos médicos que aplican el DGP muestran que su uso para este grupo de mujeres favorece la tasa de gestación y disminuye la tasa de aborto.
María Hebles, responsable del laboratorio y embrióloga de Ginemed Sevilla nos responde. Tal y como nos dice María:
No. En España no es legal la selección de sexo, salvo aquellas enfermedades que vayan ligadas a los cromosomas sexuales, como, por ejemplo, la hemofilia. Si no, no podemos seleccionar embriones en función del sexo sin que no haya ninguna enfermedad indicada.
Con la edad de la mujer, la calidad de los óvulos va disminuyendo y es más probable que presenten alteraciones cromosómicas conocidas como aneuploidías.
Por ello, realizar un PGT (Test Genético Preimplantacional) a los embriones evitaría transferir al útero un embrión que presente alteraciones cromosómicas que podrían llevar a un aborto espontáneo o al nacimiento de un bebé con una enfermedad cromosómica como el síndrome de Down.
Lo cierto es que no es necesario que haya un número mínimo específico de embriones para que sea posible realizar un test genético preimplantacional (PGT).
No obstante, en algunos casos en los que el número de embriones a analizar sea pequeño, puede ser recomendable comenzar una nueva estimulación ovárica para realizar una acumulación de embriones antes de realizar el PGT, puesto que se trata de una técnica costosa económicamente.
Cuando se realiza un PGT (antes llamado DGP), el embrión puede ser dañado al realizar la biopsia embrionaria, pero la posibilidad de que esto ocurra es pequeña y la gran mayoría de embriones sobreviven al procedimiento.
Por otro lado, al recibir los resultados del PGT, puede ocurrir que ninguno de los embriones analizados haya obtenido un resultado favorable. En este caso, habría que cancelar el ciclo sin hacer transferencia embrionaria.
La biopsia embrionaria se realiza en un momento temprano del desarrollo embrionario, por lo que el embrión tiene capacidad de seguir adelante y suplir esa pequeña cantidad de células extraída. Es cierto que el embrión puede dañarse con el procedimiento y que no sobreviva, pero esto es poco frecuente.
Como alternativa al PGT (Test Genético Preimplantacional) para evitar alteraciones genéticas en la descendencia, podría realizarse alguna prueba de diagnóstico genético prenatal como la amniocentesis o la biopsia de vellosidades coriónicas.
No obstante, es importante tener en cuenta que, al tratarse de pruebas prenatales, se realizan cuando el embarazo ya se ha obtenido. Si el resultado muestra que el bebé tiene una alteración genética y no se desea continuar con el embarazo, habría que realizar una interrupción voluntaria del embarazo (IVE).
Finalmente, otra posible alternativa sería sustituir los gametos del progenitor o progenitores que portan la alteración genética por óvulos y/o espermatozoides de donante.
Como hemos dicho, el DGP es una técnica complementaria que se lleva a cabo en el transcurso de una fecundación in vitro. Si quieres saber en qué consiste este tratamiento, puedes entrar en el siguiente post: ¿Qué es la FIV?
Para conocer información más detallada sobre los resultados del DGP y la probabilidad de éxito, puedes seguir leyendo en el siguiente artículo: Probabilidad de embarazo con el DGP.
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