Hoy en día, son muchas las mujeres que tienen que lidiar día a día con alguna enfermedad crónica, es decir, patologías que se prolongan en el tiempo y que no tienen cura a largo plazo.
Por ejemplo, las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, las enfermedades respiratorias crónicas y la diabetes son los tipos de patologías crónicas más comunes.
Estas enfermedades no son un impedimento a la hora de tener hijos. No obstante, el embarazo pasa a considerase de riesgo en la mayoría de casos, ya que puede suponer un empeoramiento en la salud de estas mujeres y del futuro bebé.
A continuación tienes un índice con todos los puntos que vamos a tratar en este artículo.
Las enfermedades cardiovasculares son aquellas relacionadas con problemas en el corazón y los vasos sanguíneos y, actualmente, son la principal causa de muerte en todo el mundo.
Durante el embarazo, el sistema cardiovascular debe adaptarse para proporcionar el suficiente flujo sanguíneo hacia la placenta. Esto implica que aumente el volumen plasmático, el gasto cardiaco hasta en un 40% y que se produzca un estado de hipercoagulabilidad (mayor tendencia a formar coágulos).
Aunque existe una gran variedad de enfermedades cardiovasculares, a continuación vamos a nombrar aquellas que pueden tener repercusión durante un embarazo:
Si quieres leer más sobre este tema, puedes entrar aquí: Las enfermedades cardiovasculares en el embarazo.
Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) o patologías venéreas son infecciones que se contraen al mantener relaciones sexuales sin protección, aunque también existen otras vías de infección.
Síndrome de TORCH es el término utilizado para designar al grupo de infecciones bacterianas, virales o parasitarias que pueden transmitirse de la madre al bebé durante el embarazo o el parto.
La sigla TORCH comprende los términos toxoplasmosis, otros (sífilis y VIH), rubeola, citomagalovirus y herpes simple.
Las infecciones virales que no tienen una cura definitiva, como el VIH, son las que presentan un mayor problema a la hora de plantearse el embarazo. Esto es debido a que existe un riesgo de transmisión horizontal (a la pareja) y vertical (al feto).
Las alteraciones más frecuentes que pueden presentar los recién nacidos con síndrome de TORCH son las siguientes: retraso en el crecimiento, hidrocefalia, microcefalia, neumonitis, calcificaciones cerebrales, malformaciones cardíacas, anemia hemolítica, glaucoma, etc.
Si quieres leer información más detallada acerca de este tipo de patologías, puedes visitar el siguiente enlace: Enfermedades de transmisión sexual (ETS) en el hombre y la mujer.
Las enfermedades del sistema inmune son aquellas que se manifiestan cuando las células inmunitarias (linfocitos, leucocitos, etc.) no pueden llevar a cabo su función de manera correcta.
Este tipo de enfermedades se asocian a complicaciones en el embarazo y algunas de ellas son causas frecuentes de abortos recurrentes. A continuación, se enumeran algunas de las patología inmunológicas:
Las pacientes con trombofilias van a presentar una tendencia de base a la trombosis arterial y venosa. Al ser el embarazo y el puerperio periodos de mayor riesgo trombótico, es frecuente que mujeres que tengan esta patología sin diagnosticar debuten con algún episodio trombótico en este momento.
Si te interesa obtener más información sobre este tipo de enfermedades, te recomendamos seguir leyendo aquí: Enfermedades autoinmunes y embarazo.
Las enfermedades de origen endocrino son aquellas que implican un desorden en la producción o funcionamiento de las hormonas.
La diabetes mellitus es el tipo de enfermedad endocrina crónica más común en toda la población y se caracteriza por presentar niveles altos de glucemia.
Durante el embarazo puede resultar difícil controlar los niveles glucémicos, con el consiguiente riesgo de progresión de las complicaciones asociadas a la diabetes (complicaciones microvasculares, retinopatía diabética, patología cardiovascular etc) o de presentar una cetoacidosis diabética.
Por otra parte, los trastornos en la glándula tiroides también dan lugar a enfermedades endocrinas como el hipotiroidismo y el hipertiroidismo.
Además de las comentadas hasta el momento, hay otras enfermedades crónicas que pueden empeorar durante el embarazo.
El embarazo también modifica la función pulmonar produciendo un estado fisiológico de hiperventilación.
Por ello, determinadas patologías como el asma pueden empeorar durante la gestación.
El embarazo aumenta el riesgo de crisis asmáticas agudas, sobre todo a raíz de infecciones respiratorias por virus.
En las embarazadas la progesterona produce una relajación de la musculatura lisa del tubo digestivo, por lo que el tránsito intestinal se enlentece propiciando alteraciones como el estreñimiento. Además, por el aumento del tamaño del útero, empeoran los episodios de reflujo gastroesofágico.
El embarazo también aumenta el riesgo de formación de cálculos en la vesícula, por lo que se pueden producir cólicos biliares con mayor frecuencia durante la gestación.
Los síntomas de la escoliosis suelen empeorar durante el embarazo, sobre todo al final debido a la sobrecarga de peso a la que se ve sometida la columna.
Lo mismo ocurre en mujeres con hernias discales, espondilitis (inflamación de las vértebras) o espondilolistesis (desplazamiento de una vértebra respecto a las adyacentes).
En mujeres con epilepsia, los niveles hormonales pueden propiciar la aparición de convulsiones, por lo que es muy importante un óptimo control pregestacional y durante toda la gestación.
Puedes obtener más información sobre esto en el siguiente artículo: Epilepsia y embarazo.
La mayoría de enfermedades crónicas van a tener riesgo de empeoramiento durante la gestación, por lo que será fundamental hacer un seguimiento estrecho antes, durante y después del embarazo.
En algunos casos puede llegar incluso a contraindicarse la gestación por los riesgos para la madre.
Una enfermedad intercurrente en el embarazo es una enfermedad que no deriva de manera directa de la gestación, pero que sí que puede empeorar o llegar a ser de riesgo para la gestación.
Sí, algunas enfermedades de transmisión sexual (ETS) se pueden transmitir de la madre al bebé durante el embarazo o el parto. Por ejemplo, la gonorrea, la clamidia, la sífilis y el VIH.
Por ello, es muy importante que todas las embarazadas se hagan todos los controles y serologías recomendados, ya que las ETS pueden llegar ser muy graves o incluso mortales en los niños recién nacidos.
Todas las enfermedades que pueda sufrir una mujer durante el embarazo afectan de una u otra manera al feto. Entre los signos y síntomas más frecuentes, podemos destacar un retraso en el crecimiento, riesgo de parto prematuro, parto por cesárea, retraso mental, etc.
Por todo esto, es muy importante que todas las mujeres se cuiden durante una gestación, más aún si sufren algún tipo de enfermedad o patología crónica.
Las enfermedades bucodentales son frecuentes en el embarazo debido a los cambios hormonales y al aumento de estrógenos, que afectan a dientes y encías. Algunas de estas enfermedades son las siguientes:
Como hemos dicho, todas estas enfermedades en la futura madre pueden dar lugar a un embarazo de riesgo que implique un seguimiento y cuidados especiales. Si te interesa este tema, puedes leer más aquí: ¿Qué es un embarazo de riesgo?
En cuanto a los tratamientos farmacológicos que pueden llevarse a cabo durante el embarazo, te recomendamos seguir leyendo en el siguiente post: Medicamentos en el embarazo.
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