La estimulación ovárica comprende el tratamiento médico empleado para conseguir óvulos propios en el proceso de Fecundación in Vitro (FIV). No implica un exceso de tratamiento sobre el ovario, ya que, se usan las mismas hormonas que la hipófisis produce para estimular en el ovario el proceso de su ovulación. Por tanto, no se modifica la secuencia normal de estimulación ovárica.
Durante el ciclo menstrual en su inicio se produce el reclutamiento folicular, proceso que no estará mediatizado por ningún tratamiento externo. Una vez producido el reclutamiento de folículos antrales, el ciclo no estimulado evoluciona a selección de folículo dominante y a rotura espontánea de este para la liberación del óvulo maduro susceptible de ser fecundado.
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Cuando realizamos un tratamiento de estimulación ovárica utilizamos las mismas hormonas que produce la hipófisis en el ciclo ovárico para conseguir que todos los folículos antrales recuperados crezcan de forma que no se pierda ninguno y podamos recuperar todos los óvulos de un ciclo. No favorecemos por tanto a una proliferación tumoral en el ovario, solo impedimos que los folículos que no crecen, no se pierdan. Este proceso no supone ninguna “amenaza” para el ovario, sino una recuperación de todo su potencial.
Contestando a la pregunta planteada: no hay mayor riesgo de sufrir un cáncer al realizar un tratamiento de estimulación ovárica.
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