Aquellas mujeres que consumen alcohol en exceso pueden presentar falta de menstruación, además de un desarrollo anormal del endometrio e hiperprolactinemia. Esto está asociado a la infertilidad y al mayor riesgo de abortos espontáneos.
El consumo excesivo de alcohol también afecta a la fertilidad masculina, reduciéndose así la calidad espermática y provocando disfunción eréctil, entre otros.
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El alcohol en la sangre de la madre pasa al bebé a través del cordón umbilical. Beber alcohol durante el embarazo puede causar aborto espontáneo, muerte fetal y una variedad de discapacidades físicas, intelectuales y del comportamiento para toda la vida.
El alcohol dificulta el embarazo natural, por este motivo tampoco es compatible con los embarazos logrados a través de técnicas de reproducción asistida tanto en la Inseminación Artificial (IA) como en la Fecundación in Vitro (FIV).
La relación entre beber alcohol y el éxito de los tratamientos de reproducción asistida depende de la cantidad de alcohol consumida. Los efectos del consumo de grandes cantidades de alcohol durante un tratamiento de Fecundación in Vitro se han relacionado con disminución en la obtención de ovocitos, peor desarrollo embrionario y reducción de la tasa de implantación embrionaria.
El consumo moderado y ocasional de alcohol no tendría tanto impacto sobre la fertilidad como supondría un consumo excesivo tanto en hombres como en mujeres. Sin embargo, lo más seguro para aquellas personas que están intentando tener un bebé es abstenerse por completo de consumir alcohol.
