Un tratamiento de fecundación in vitro (FIV) puede ser cancelado en cualquier fase del proceso.
En primer lugar, la fase de estimulación ovárica nos puede obligar a parar el ciclo en el caso de que la mujer no responda a la medicación administrada o la respuesta no sea todo lo óptima que se espera. De modo que en ocasiones es mejor parar, volver a comenzar con otra medicación u otra dosis o plantear una ovodonación.
Una vez que la estimulación se ha completado, puede ocurrir, que, tras la punción, no se obtengan ovocitos, es decir, se produzca una punción en blanco. Además, también está la posibilidad de que se obtengan ovocitos, pero estos no sean maduros. En ambos casos, no se puede continuar el ciclo de FIV porque no se tienen las células necesarias para la fecundación, es decir, ovocitos maduros.
El tercer momento en que puede parar un ciclo de FIV es el posterior a la unión de los ovocitos con los espermatozoides, bien sea mediante microinyección o mediante fecundación in vitro convencional. Una vez realizada la unión, a las horas se produce la fecundación. Si ocurre un fallo de fecundación, no habrá embriones que se puedan transferir al útero.
Un cuarto momento en que se puede cancelar un ciclo es en el desarrollo embrionario. Durante el cultivo embrionario puede ocurrir que los embriones no se dividan o bloqueen su desarrollo. Como consecuencia de ello, no se dispondrá de embriones para transferir.
Por último, aunque esto es raro, puede suceder que los embriones estén listos para transferir y en ese día, la transferencia sea difícil y no se puedan introducir en el útero. En este caso, será necesario congelar los embriones y valorar la mejor opción para permitir el paso del catéter en una transferencia posterior.
Todo ello nos indica que es muy importante que los profesionales de la reproducción asistida expliquemos detenidamente y orientemos sobre lo que se espera de los tratamientos que realizamos, así como que los pacientes ajusten sus perspectivas a la realidad de su caso para evitar la frustración que se produce cuando no se consigue el objetivo deseado.