Una estimulación ovárica tiene como objetivo conseguir el crecimiento de múltiples óvulos. Esto va a suponer que los ovarios alcancen un tamaño muy superior al habitual. Este aumento en su tamaño se va a mantener desde prácticamente el inicio de la estimulación ovárica hasta varios días después de la punción y la ICSI.
El hecho de que el ovario tenga un tamaño más grande del habitual es un factor de riesgo para una posible torsión ovárica. Esto consiste en una rotación completa o parcial del ovario sobre sus elementos de soporte, con la consiguiente pérdida de su aporte sanguíneo, suponiendo una urgencia médica que requiere intervención quirúrgica temprana para evitar la necrosis y pérdida del ovario.
Por ello, sí se aconseja hacer reposo tras la punción, evitando sobre todo ejercicios con impacto y las relaciones sexuales hasta que pase un tiempo y los ovarios vuelvan a su tamaño normal. Además, el día de la punción este reposo deberá realizarse de forma más estricta por los efectos secundarios que puede tener la anestesia que se utiliza para la intervención.