Se dice que consumir algunos alimentos, como el jengibre, la canela o las semillas de mostaza, puede ayudar a eliminar naturalmente estos pólipos. No obstante, no hay evidencias científicas que confirmen que haya remedios caseros efectivos.
Respecto a la prevención, también es complicado realizarla, ya que no se saben con exactitud cuáles son las causas de su formación. Mantener una dieta sana, rica en antioxidantes, puede ser beneficioso, pero tampoco existen evidencias científicas de ello.
Evitar los factores de riesgo conocidos puede ser una manera. No obstante, y dado que en ocasiones son tratamientos (p. ej. el Tamoxifeno o la terapia hormonal sustitutiva) es difícil hacerlo, ya que suponen un beneficio mayor al riesgo que comportan. Especialmente en estos casos, será muy importante realizar revisiones ginecológicas periódicas para conseguir un diagnóstico precoz.
La manera más segura de tratar estos pólipos son los métodos descritos en el artículo. Teniendo en cuenta que pueden ser una causa de cáncer, no es recomendable asumir riesgos innecesarios.
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