Hay múltiples enfermedades que tienen repercusión en el ámbito reproductivo. Así, las enfermedades crónicas suponen un factor importante a tener en cuenta en parejas que planifiquen el embarazo.
Dentro de las enfermedades crónicas, la más prevalente es la diabetes. Como sabemos, es una enfermedad común que genera problemas en el metabolismo de los hidratos de carbono y requiere un control estricto. En los casos de diabetes bien controlada no tiene por qué afectar a la fertilidad, salvo que la mujer presente otras complicaciones, como el ovario poliquístico, que afecta al 8-12% de las mujeres con diabetes tipo I. Entre un 20% y un 40% de mujeres con diabetes tipo I tienen irregularidades menstruales.
De cara a una gestación e igualmente a un tratamiento de reproducción asistida, es fundamental un enfoque multidisciplinar, donde endocrinólogo y ginecólogo estén en constante comunicación y planificar el mejor momento para la gestación, sobre todo en base al control de los índices de glucemia. Es evidente la conveniencia de evitar la transferencia de más de un embrión.
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