La transferencia embrionaria es un paso crucial y esperado por todos los pacientes en los tratamientos de reproducción asistida, como la fecundación in vitro (FIV), donde un embrión seleccionado se coloca en el útero de la paciente para lograr un embarazo. En general, se trata de un proceso sencillo y no doloroso. Pero algunas mujeres pueden experimentar molestias durante este procedimiento, aunque el dolor suele ser leve y transitorio.
Existen varias razones por las cuales se puede sentir dolor durante la transferencia embrionaria. En primer lugar, el paso del catéter a través del cuello uterino puede causar una sensación de presión o molestia. Además, la manipulación del útero y la introducción del embrión pueden provocar contracciones uterinas temporales, lo que también puede contribuir a la sensación de dolor de forma intermitente.
La ansiedad y la tensión emocional asociadas con el momento crucial de la transferencia embrionaria también pueden aumentar la percepción del dolor. Es importante destacar que la experiencia varía entre las mujeres y que muchas mujeres no informan sentir dolor alguno durante el procedimiento.
El personal médico realiza la transferencia embrionaria con sumo cuidado para minimizar cualquier molestia. Se alienta a las mujeres a comunicar cualquier incomodidad que experimenten para que el equipo médico pueda ajustar el procedimiento según sea necesario y brindar el mejor confort posible.