El prolapso uterino es un descenso, hernia del útero en la vagina. Toda hernia se produce por un defecto de sostén en las estructuras ligamentosas que sujetan el órgano en cuestión. Este defecto puede ser congénito por determinadas enfermedades que producen debilidad en las estructuras de sostén, el colágeno concretamente. Pero, la inmensa mayoría de los casos supone un sobre esfuerzo a estas estructuras o directamente una rotura traumática. En atención a la pregunta, una mujer joven sí puede tener un prolapso uterino, aunque esta circunstancia es muy rara en pacientes que no hayan sufrido el traumatismo que supone el embarazo y parto vaginal para el soporte del suelo pélvico.
El suelo pélvico es una estructura especialmente vulnerable por efecto de la bipedestación. Son tres los mecanismos que ayudan a sustentar la integridad del suelo pélvico. En primer lugar, el sistema músculo facial de sustentación de estructuras pélvicas con el músculo elevador del ano y sus fascículos, además del complejo equilibrio de sus fascias y ligamentos suspensorios. De aquí, la importancia de recuperar la anatomía adecuada especialmente ante un parto difícil.
En segundo lugar, la posición de las vísceras, en especial del útero, que recibe el vector de presión abdominal que lo impulsa sobre la vagina, pero el útero normalmente se encuentra en situación de anteversión sobre la vejiga de la orina que amortigua dicho vector e impulsa el útero hacia el sacro de forma que este tope óseo ayude en la estática pélvica. En tercer lugar, el hiato urogenital debe tener una abertura no exagerada de forma que, si la vagina y la vulva no se cierran tras el parto, ese hiato urogenital anormalmente ampliado favorecerá el prolapso uterino.
Por lo tanto, una mala posición uterina que en vez de recostar sobre la vejiga urinaria lo haga sobre el recto, es decir, una retroversión uterina donde el vector de presión abdominal lo impulsara hacia la vagina, favorecerá el prolapso en la mujer joven. De ahí la importancia de la gimnasia vasopresina, pilates etc.
Una laxitud excesiva ya sea congénita o adquirida junto con hiato urogenital amplio, más una retroversión uterina en una mujer joven con exceso de peso y actividad laboral que suponga una bipedestación mantenida y duradera (por ejemplo, estar muchas horas de pie), reuniría los requisitos que facilitarían el prolapso uterino en la mujer joven nulípara.
![Dr. José María Sánchez Jordán](https://www.reproduccionasistida.org/wp-content/uploads/2021/10/2_jose-maria-ginecologo-150x150-122x122.jpg)