El síndrome de ovario poliquístico o SOP es una de las alteraciones endocrinas más frecuentes en las mujeres, afectando a un 5-10% de la población femenina.
Aunque muchas mujeres creen padecer un SOP, existen una serie de criterios que se deben cumplir para diagnosticar esta patología. Los más utilizados son los criterios de Rotterdam, según los cuales, para diagnosticar un SOP son necesarios mínimo 2 de los siguientes 3 síntomas/signos:
- Oligo y/o anovulación
- Signos clínicos y/o analíticos de hiperandrogenismo, tales como el acné y el hirsutismo (aumento del vello corporal con distribución típicamente masculina).
- Ecografía compatible con ovarios poliquísticos, según la cual, por lo menos uno de los dos ovarios debe tener 12 o más folículos antrales y/o presentar un volumen ovárico aumentado. No olvidemos que este criterio por sí mismo no es diagnóstico de SOP.
A priori, se puede realizar el diagnóstico basándonos en los síntomas de la paciente y el exámen físico, si bien deberían descartarse otras condiciones que puedan imitar los síntomas del SOP como alteraciones tiroideas, hiperplasia suprarrenal, hiperprolactinemia etc.
Es importante el diagnóstico precoz, a ser posible en la adolescencia, porque estas mujeres tienen asociados otro tipo de síntomas y riesgos, como sería la resistencia a la insulina, que predispone a obesidad y riesgo cardiovascular, así como en un riesgo aumentado de desarrollar diabetes.