Lo primero que debemos tener en cuenta es lo que se define como un volumen normal de semen. La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo define entre 1,5 y 6 mililitros.
Si tenemos un volumen menor a 1,5 mililitros decimos que estamos frente a una hipospermia. En cambio, si el volumen seminal es mayor a 6 ml lo definimos como hiperespermia. Para que este diagnóstico sea correcto, debemos asegurarnos que la recogida del semen se haya realizado bien, es decir, que ninguna parte del eyaculado haya quedado fuera del bote de recogida.
La primera fracción del eyaculado proviene de la próstata y es la que contiene mayor número de espermatozoides, la segunda fracción proviene de las vesículas seminales y es la que aporta más volumen al semen. La ausencia de semen se denomina aspermia.
La aspermia e hipospermia pueden estar producidas por:
- Enfermedades de la próstata.
- Secundario a tratamientos oncológicos.
- Eyaculación Retrógrada (el semen se va hacia la vejiga).
- Ingesta de anabolizantes.
- Problemas en los conductos seminales que pueden ser obstrucciones o ausencia de los mismos.
- Alteración en las vesículas seminales, retraídas a causa de infecciones.
- Déficit de testosterona.

Cuando hay hiperespermia (mayor volumen de semen) puede ser indicativo de patología en las vesículas seminales, demasiados días de abstinencia sexual, o simplemente que las vesículas seminales producen más volumen de líquido seminal sin tener ninguna patología.
