Si te has sometido a una Fecundación in Vitro (FIV) ya sea una ICSI o una FIV convencional, la palabra estradiol te sonará mucho. Esto es porque junto a otras hormonas cumple un papel importante para lograr el éxito de un embarazo. Tanto en la estimulación ovárica como en la preparación endometrial sus valores se monitorizan cercanos para ajustar tratamientos y preparar el cuerpo de la mujer para la llegada del embarazo.
Los estrógenos en el cuerpo tienen muchas funciones desde dar las caracterizaciones sexuales, preparar el útero para la implantación y hasta incluso regular la serotonina y estimular el buen humor.
Centrándonos en el embarazo, contribuye a mejorar la circulación en los vasos uterinos, preparar el endometrio para la implantación, prevenir el aborto y parto prematuro, entre otras. Es decir, crea un ambiente favorable para el embarazo y el parto.
Durante el embarazo en el 1º trimestre, los niveles de estrógenos suelen ser entre 200 y 6.500 dependiendo de cada mujer (puesto que no solo se fabrica en el ovario sino también en adrenales y en células adiposas por un proceso llamado aromatización periférica). Estos valores van aumentando a medida que avanza la gestación, ya que la placenta es un gran productor de estrógeno que sirve para sostener y llevar a buen fin todo el embarazo generando modificaciones en el cuerpo propias de la gestación.
Dicho esto, ya podemos concluir que el ginecólogo sabrá interpretar el nivel óptimo en cada situación y suplementará la deficiencia de estrógenos con la medicación adecuada para cada mujer y el tipo de tratamiento al que se haya sometido.
