Es posible expulsar de manera espontánea el bebé en un parto prematuro pasadas 2 o 3 semanas de la muerte fetal. No obstante, es recomendable inducir el trabajo de parto con el objetivo de evitar posibles complicaciones en la madre como, por ejemplo, una hemorragia o infección.
Además, la retención de un feto muerto después del diagnostico puede llevar a causar más problemas emocionales en los padres.
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Zaira Salvador
Licenciada en Biotecnología por la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), Biotechnology degree en la National University of Ireland en Galway (NUIG) y embrióloga con el Máster en Biotecnología de la Reproducción Humana por la Universidad de Valencia en colaboración con el Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI).
Número de colegiada: 3185-CV