La infertilidad de factor testicular es aquella que se debe a factores que afectan directamente a los testículos. Estos factores pueden ser congénitos, por causas presentes desde el nacimiento o ambientales. Las alteraciones genéticas más frecuentes son las microdelecciones del cromosoma Y y el síndrome de Klinefelter.
El cromosoma Y sólo se encuentra en los varones y contiene los genes responsables de la formación de los testículos en una región denominada región AZF. Si existe alguna alteración en esa zona, el varón presentará un factor masculino severo, como una oligoastenozoospermia o incluso azoospermia.
Por otra parte, el síndrome de Klinefelter es una alteración genética en la que el varón presenta tres cromosomas sexuales en lugar de dos, siendo su cariotipo 47 XXY. El resultado de esta alteración da lugar a un varón con producción insuficiente de testosterona, por lo que no se produce un correcto desarrollo del aparato reproductor, dando lugar a una azoospermia.
Existen otras alteraciones testiculares, no genéticas que son responsables de infertilidad. La más importante de ellas es el varicocele. Es una dilatación de los vasos testiculares que puede afectar a la fertilidad. Si es muy evidente puede producir dolor. En casos sintomáticos se pueden beneficiar de una intervención quirúrgica.
