El síndrome de hiperestimulación ovárica es una posible complicación de la fecundación in vitro que se desencadena tras la administración de la hormona gonadotrofina coriónica (hCG).
La hiperestimulación ovárica se caracteriza por un aumento del tamaño de los ovarios. En los casos más severos se pueden producir cambios bruscos en los fluidos corporales, con salida de líquido de los vasos sanguíneos hacia, por ejemplo, la cavidad abdominal.
En este tipo de situación, siempre se recomienda evitar el ejercicio físico y las relaciones sexuales. El principal motivo será evitar una posible torsión ovárica. Esto consiste en una rotación completa o parcial del ovario sobre sus elementos de soporte, con la consiguiente pérdida de su aporte sanguíneo. El hecho de que el ovario tenga un tamaño más grande del habitual es un factor de riesgo para que se produzca este tipo de incidente.
De hecho, tras la realización de una fecundación in vitro, incluso aunque no se produzca un síndrome de hiperestimulación ovárica, se desaconsejan las relaciones sexuales hasta pasado un tiempo, ya que en mayor o menor medida, los ovarios siempre van a tener un tamaño mayor de lo habitual debido al crecimiento de múltiples folículos, y por tanto, un riesgo aumentado de torsión ovárica.