Entendemos por cauterización del cérvix uterino, la curación de una lesión preexistente en el útero, que puede ser por resección de esta o por vaporización. Normalmente, nos referimos en estos casos a verrugas (condilomatosas o no) y a lesiones displásicas de la unión del epitelio cilíndrico y el poliestratificado en el ectocérvix.
Una vez superada la enfermedad, el cérvix conserva su anatomía y fisiología normales, de forma que no supone ningún impedimento para la concepción y el parto en las gestaciones espontáneas.
La fecundación in vitro (FIV) se trata de la fecundación del ovocito en el laboratorio de reproducción, por tanto, no influye en este proceso el cuello uterino. La trasferencia del blastocisto se realiza siempre en ausencia de lesión en el cuello uterino, ya que este está testado con citología y cultivos previos.
No se debe realizar la trasferencia embrionaria en presencia de cualquier tipo de lesión en el cuello uterino hasta que esta no se haya estudiado completamente y tratado de forma correcta. Una gestación con una lesión de cuello uterino impediría un tratamiento adecuado de la lesión ante el peligro de los fármacos citotóxicos que debiesen utilizarse.
La respuesta por tanto es que no tiene más riesgo una FIV después de una cauterización del cuello uterino.
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