El hipospadias es un defecto congénito que se define como una malformación de la uretra masculina que se sitúa de forma anormal en la extremidad inferior del glande, en la cara inferior del pene o en la unión del pene con el escroto. Por tanto, las hipospadias pueden clasificarse en: anterior, medial y posterior.
La gravedad del hipospadia dependerá de la ubicación de la abertura uretral. En cualquier caso, el varón tendrá problemas para mantener relaciones sexuales y para eyacular, por lo que el embarazo de manera natural será complicado.
A continuación tienes un índice con todos los puntos que vamos a tratar en este artículo.
El hipospadias es una anomalía que aparece desde el nacimiento (congénita) caracterizada por presentar la abertura de la uretra en otro sitio diferente a la punta del pene. Generalmente, el hipospadia también se asocia con una malformación del prepucio y una curvatura del pene hacia el vientre. Este tipo de pene recibe el nombre de pene curvado congénito.
Debido a esa curvatura del pene, el hipospadia se considera como una causa de disfunción sexual, ya que puede imposibilitar mecánicamente el acto sexual. Además, como consecuencia de la posición anómala del orificio uretral, la eyaculación en la vagina también está impedida.
La frecuencia de aparición de un hipospadia está en torno a 1 y 8 niños recién nacidos de cada 1000.
El hipospadias tiene consecuencias tanto estéticas como funcionales. Una vez el niño es mayor, esta malformación puede ocasionar incluso consecuencias psicológicas.
Por otra parte, el hipospadias a veces puede estar acompañada de otro tipo de malformaciones que pueden comprometer la fertilidad del varón como la criptorquidia, presencia de testículos ocultos e incluso debe ser descartado el diagnóstico de ambigüedad sexual o pseudohermafroditismo.
Existen diferentes tipos de hipospadias según la localización del orificio uretral. Cuanto más lejos del glande se localice la abertura uretral, mayor será la gravedad del hipospadia. De esta manera, se distinguen:
Los problemas asociados a el hipospadia será de mayor severidad cuanto más atrás esté localizada la abertura uretral.
El motivo exacto por el que surge el hipospadia no se conoce. Sin embargo, la mayoría de estudios parece indicar que esta anomalía en la posición de la abertura uretral está causado por factores genéticos en combinación con factores ambientales y ciertos medicamentos. Además, esta malformación está bajo la dependencia de los andrógenos. Así pues, entre las causas que podrían originar hipospadia, puede estar implicada una mutación genética que ocasione una deficiencia en los receptores de andrógenos.
Esta mutación puede ser heredada en algunos casos cuando existe ya un miembro de la familia con hipospadias. Se estima que existe un 20% más de probabilidad de que aparezca en otros miembros de la misma familia.
También se cree que la perturbación de los receptores embrionarios androgénicos por factores ambientales puede ser uno de los responsables. Al igual que algún tipo de tratamiento hormonal durante el primer mes o trimestre de embarazo o algún tipo de alteración en la síntesis de testosterona.
Algunos factores que parecen aumentar el riesgo de que un niño desarrolle hipospadia son los siguientes:
No obstante, la presencia de estos factores no significa que el bebé vaya a tener hipospadia. Únicamente son factores que se han estudiado y parecen aumentar el riesgo.
Los síntomas del hipospadia depende de la gravedad del mismo. En cualquier caso, las manifestaciones clínicas más comunes asociadas al hipospadia son:
Como consecuencia de los problemas en la eyaculación, la posibilidad de tener hijos de manera natural puede ser complicado. Además, también será difícil que los espermatozoides lleguen al útero durante el coito.
La forma de diagnosticaer un hipospadia en el momento del nacimiento es mediante la exploración física del bebé. Si el pediatra no está seguro del diagnóstico, es posible que solicite evaluaciones complementarias.
Normalmente, el tratamiento de elección para el hipospadia es la opción quirúrgica. Debido al impacto psicológico que esta anomalía puede causar en el niño, la mayoría de los especialistas recomiendan la operación a una edad temprana, antes de los 3 años.
Generalmente, si el problema de hipospadia queda corregido cuando el niño es pequeño, no tiene porqué influir en la edad adulta.
Además, puede aparecer un micropene como consecuencia de la curvatura que sufre el pene hacia el vientre. Por ello, durante la intervención quirúrgica, si hace falta, se puede corregir la curvatura del pene junto con la reconstrucción de la uretra y el prepucio. A veces, también se puede estimular el crecimiento del pene con tratamiento hormonal.
Como hemos visto, existen diferentes técnicas quirúrgicas para solucionar el hipospadia. Será el especialista quien valorará el caso y decidirá cual es la técnica adecuada para abordar los diferentes aspectos a tratar, orificio, curvatura del pene y prepucio.
La concentración de hormonas masculinas que intervienen en la formación de espermatozoides y que se asocian a la fertilidad en el varón pueden disminuir según la ubicación del orificio uretral.
Además, el hipospadia provoca que haya problemas en la eyaculación impidiendo la entrada de los espermatozoides a través de la vagina. Por estos motivos, la probabilidad de que un hombre con hipospadia tenga un hijo es baja. En estos casos, sería necesario recurrir a un centro para llevar a cabo un tratamiento de fertilidad.
La mayoría de pacientes cometen el mismo error a la hora de elegir clínica de reproducción asistida.
Si accedes a nuestra guía Fertilidad con Cabeza te explicaremos cuál es el error más común para que puedas evitarlo.
Sin embargo, si esta malformación congénita en la localización de la abertura uretral es tratada correctamente a temprana edad, no suele conllevar problemas en la salud reproductiva del varón adulto.
La hipospadia es la malformación congénita más frecuente del pene (1/300 varones). Esta se suele diagnosticar al nacer con una exploración física y existen distintos grados. Se trata de la abertura ectópica del meato uretral.
De forma normal, este orificio se encuentra en la punta del glande, pero en los pacientes con hipospadia se sitúa entre el glande y el escroto, en la cara ventral del pene.
La hipospadia provoca problemas en la eyaculación, impidiendo una correcta salida de los espermatozoides en algunos casos, incluso después de la corrección quirúrgica.
Si además, hay una alteración a nivel hormonal o del cariotipo, se puede producir una alteración en la correcta producción de los espermatozoides.
Todo ello conlleva que las posibilidades de tener descendencia se vean menguadas.
El hipospadias es un defecto de nacimiento en los varones, en el que el meato urinario no se encuentra situado en la punta del pene. Este meato se puede encontrar en cualquier zona desde la punta del pene hasta el escroto. Nos podemos encontrar con hipospadias leves o más graves.
La causa exacta del hipospadia no se conoce con exactitud, pero hay cierta relación con la genética. Por este motivo, algunos estudios muestran que el hipospadia es hereditario.
En concreto, la causa genética del hipospadia sería una mutación en un gen, provocando una menor concentración de receptores de andrógenos. Sin embargo, no es posible afirmar que esta malformación congénita en la localización de la abertura uretral sea genética.
El hipospadia puede ocasionar criptorquidia en el varón, lo que provocaría problemas para tener descendencia. Si deseas obtener más información acerca de este trastorno testicular, te recomendamos visitar el siguiente artículo: La criptorquidia: un trastorno testicular que causa esterilidad.
Por otra parte, la edad materna avanzada supone un riesgo para el desarrollo de hipospadia en el futuro bebé. Sin embargo, no es el único riesgo asociado. Si quieres saber más información acerca de los riesgos del embarazo en mujeres de edad avanzada, no olvides visitar el siguiente enlace: ¿Cómo influye la edad avanzada de la madre en el embarazo?
Hacemos un gran esfuerzo para ofrecerte información de máxima calidad.
🙏 Por favor, comparte este artículo si te ha gustado. 💜💜 ¡Nos ayudas a seguir!
H J R van der Horst , L L de Wall. Hypospadias, all there is to know. Eur J Pediatr. 2017 Apr;176(4):435-441. doi: 10.1007/s00431-017-2864-5. Epub 2017 Feb 11.
Kate H Kraft, Aseem R Shukla, Douglas A Canning. Hypospadias. Urol Clin North Am. 2010 May;37(2):167-81. doi: 10.1016/j.ucl.2010.03.003.
Laura A Stokowski. Hypospadias in the neonate. Adv Neonatal Care. 2004 Aug;4(4):206-15. doi: 10.1016/j.adnc.2004.05.003.
Laurence Baskin. What Is Hypospadias? Clin Pediatr (Phila). 2017 May;56(5):409-418. doi: 10.1177/0009922816684613. Epub 2017 Jan 12.
I Rübben, R Stein. Hypospadias : Insights and challenges. Urologe A. 2017 Oct;56(10):1256-1265. doi: 10.1007/s00120-017-0498-x.
Marjan Joodi, Forouzan Amerizadeh, Seyed Mahdi Hassanian, Marjan Erfani, Majid Ghayour-Mobarhan, Gordon A Ferns, Majid Khazaei, Amir Avan. The genetic factors contributing to hypospadias and their clinical utility in its diagnosis. J Cell Physiol. 2019 May;234(5):5519-5523. doi: 10.1002/jcp.27350. Epub 2018 Sep 21.
S B Levitt, E F Reda. Hypospadias. Pediatr Ann. 1988 Jan;17(1):48-9, 53-4, 57. doi: 10.3928/0090-4481-19880101-09.
T Koyanagi, K Nonomura. Hypospadias. Nihon Hinyokika Gakkai Zasshi. 1990 Nov;81(11):1609-17. doi: 10.5980/jpnjurol1989.81.1609.