Para realizar una inseminación artificial casera, el semen debe mezclarse con suero antes de introducirlo en la jeringa. A continuación, la mujer debe tumbarse para poderla introducir en la vagina. Este es el momento más delicado y debería hacerse con la ayuda de otra persona, pues resulta difícil que sea la propia mujer la que se introduzca la jeringuilla.
También es fundamental que la mujer se encuentre en una posición cómoda que le permita introducir la jeringa con el semen sin provocar rasguños en la vagina y/o la cavidad uterina.
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Por Andrea Rodrigo (embrióloga) y Marta Barranquero Gómez (embrióloga).
Última actualización: 23/11/2018