Las mujeres que, por enfermedades como el cáncer deben someterse a terapias médicas agresivas que pueden poner en riesgo su capacidad reproductiva, tienen actualmente dos vías principales para preservar su fertilidad y poder ser madres en un futuro:
- Vitrificación de óvulos.
- Criopreservación de tejido ovárico.
Pero, ¿qué ocurre si el tratamiento oncológico se administra en la etapa previa a la pubertad cuando la paciente todavía no ha experimentado la menarquia?
A continuación tienes un índice con los 4 puntos que vamos a tratar en este artículo.
Antes de la pubertad no es posible realizar la estimulación ovárica para la extracción de óvulos puesto que éstos todavía no se han desarrollado, por lo tanto la congelación de corteza ovárica (CCO) para su posterior trasplante es la única opción que tienen las niñas que se ven obligadas a someterse a un tratamiento quimio o radioterápico.
Trasplante de tejido ovárico extirpado en la infancia
Aunque ya se había probado la eficacia del trasplante de tejido ovárico tras extirparlo en una mujer adulta, hasta hoy nadie había conseguido recuperar su fertilidad y lograr el embarazo por el trasplante de tejido ovárico extirpado en la infancia.
La diferencia básica de este importante avance frente al tejido extirpado en la etapa adulta, es que el tejido ovárico es inmaduro. El principal desafío era conseguir que el tejido, una vez reintroducido, fuera capaz de madurar y devolver la fertilidad.
Hace apenas 22 años, quedó demostrada la viabilidad de la técnica en animales, pero en humanos no se había realizado todavía ningún caso, ya que es ahora cuando las primeras niñas a las que se les practicó la extracción y criopreservación de tejido del ovario, entran en edad reproductiva.
Por esta razón, la técnica era considerada hasta el día de hoy como una técnica experimental y, aunque todo apuntaba al éxito debido al ya obtenido en mujeres adultas, hasta el primer nacimiento de un niño sano, no se podía asegurar el éxito de este avanzado procedimiento.
Madre de un niño perfectamente sano
La paciente de la que se habla en el artículo publicado hoy en la revista Human Reproduction, no sufrió cáncer en su infancia, sino una patología hematológica conocida como anemia de células falciformes. A los 5 años se le diagnosticó la enfermedad y fue a los 11 cuando recibió por sugerencia médica el trasplante de médula ósea de su hermano, quien actuó como donante compatible.
Para reducir las probabilidad de rechazo del órgano recibido, se sometió a la niña a quimioterapia o radioterapia, al igual que ocurre frecuentemente en los tratamientos de tumores en la infancia. Puesto que se conocía que este tipo de tratamientos podía afectar y poner en riesgo la fertilidad de la menor y, teniendo en cuenta que la niña no había iniciado su menstruación todavía, los médicos decidieron congelar 62 fragmentos de la corteza de su ovario derecho tras la extracción del mismo por cirugía laparoscópica.
Como se esperaba, la niña se curó de la enfermedad que sufría, pero fue diagnosticada de fallo ovárico, lo cual la incapacitaba para ser madre de forma natural. Pasados 10 años de la cirugía que le permitió preservar la corteza ovárica, la niña, ahora ya adulta, se planteó la maternidad.
En mayo de 2011 los médicos, con ayuda del robot quirúrgico Da Vinci, reimplantaron el tejido ovárico preservado en una operación en dos fases. En total se le implantaron 15 fragmentos y pasados los 4 meses se comenzó a ver actividad ovárica y un mes más tarde, la niña experimentó su primera menstruación.
Dos años después del trasplante, la mujer se quedó embarazada de forma espontánea y dio a luz a un niño totalmente sano en noviembre de 2014.
Riesgos de la criopreservación de tejido ovárico
Esta noticia supone un gran avance, especialmente importante para las niñas con cáncer o alguna otra patología que requiere de terapias que puedan dañas su fertilidad. A pesar de ello, la técnica no está exentas de inconvenientes:
- Necesita de dos cirugías, una para la extracción de la corteza ovárica y otra para la reimplantación de la misma.
- Posible reinserción de células cancerígenas.
Debido a estas dos circunstancias principalmente, es necesario profundizar más sobre el tema y continuar investigando.
Aunque la vitrificación sigue siendo la técnica de preservación de la fertilidad más extendida por su elevada eficacia, este nuevo avance es la única opción para las pacientes que todavía no han experimentado la menarquia y hoy ya sabemos que es eficaz.
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Que gran noticia!! Aunque supongo que todavía tendrán que nacer más niños sanos para asegurar que la técnica es totalmente fiable, es un gran paso en la lucha contra el cáncer o otras enfermedades que requieren los duros tratamientos de quimioterapia.