El legrado uterino, también llamado curetaje, es una técnica ginecológica que consiste en raspar el tejido de las paredes internas del útero, con el fin de eliminar la capa mucosa del mismo: el endometrio.
Se trata de una intervención realizada por parte de un ginecólogo, bajo anestesia, y tiene una duración aproximada de 15 minutos. Aunque la principal indicación del legrado es en caso de aborto, este procedimiento también puede realizarse ante otras situaciones.
A continuación tienes un índice con todos los puntos que vamos a tratar en este artículo.
El legrado uterino es una intervención quirúrgica en la que se raspan las paredes internas del útero con el objetivo de que este quede limpio.
En concreto, con el legrado se raspa la capa interna del útero conocida como endometrio, la cual tiene la capacidad de regenerarse en cada ciclo menstrual.
Esta intervención es bastante sencilla y la realiza un ginecólogo bajo anestesia local o general suave, según el caso particular.
La mayoría de mujeres asocia el legrado con el aborto, pero realmente esta técnica tiene varias indicaciones que comentamos a continuación:
Por otro lado, los dispositivos intrauterinos (DIU) utilizados como anticonceptivos de larga duración pueden quedarse incrustados en el endometrio. Por tanto, el legrado en este caso sirve para eliminar parte del endometrio que retiene al DIU para poder retirarlo.
Como ya hemos comentado, el legrado uterino es una intervención muy sencilla que dura unos 15 minutos, aproximadamente.
Aún así, para su realización es necesario administrar anestesia local o general a la paciente para que no sufra ningún dolor.
En general, el legrado uterino consta de los siguientes pasos:
Actualmente, existen varillas con una cámara incorporada que permiten dirigir mejor el raspado y, por tanto, aumentar la eficacia y reducir las complicaciones del legrado uterino.
Además, el asa de estas nuevas varillas puede calentarse de tal manera que se produce la coagulación de las heridas a la vez que el raspado, reduciendo así el sangrado.
Después de haberse sometido a un legrado, es posible que la mujer tenga sangrado vaginal durante varios días debido a la intervención.
Por otro lado, la paciente también puede sufrir algunas molestias como dolor abdominal o pélvico. En este caso, se debe consultar con el especialista qué analgésicos se pueden tomar para aliviarlo.
No obstante, en caso de sangrado abundante o que no cesa, fiebre, flujo con mal olor, dolor intenso o cualquier otro síntoma que se salga de lo habitual, es recomendable acudir al especialista a la mayor brevedad para que pueda valorar la situación.
A pesar de ello, el tiempo de recuperación tras un legrado uterino es muy rápido. Normalmente, la mujer debe hacer reposo durante el primer día, pero puede seguir con su estilo de vida y actividades habituales al día siguiente, aunque deberá tener en cuenta algunas recomendaciones:
En cuanto al estado de ánimo, es normal que la mujer sienta tristeza y decaimiento en caso de haber sufrido un aborto espontáneo. Por este motivo, puede ser muy positivo que la paciente se encuentre acompañada los días siguientes al legrado y que intente mantenerse ocupada y distraída.
El sangrado vaginal que tiene lugar después del legrado no tiene nada que ver con la menstruación. Esta bajará de nuevo unos 30-40 días después de la realización del legrado, aunque puede variar según la situación de cada mujer.
A partir de este momento, se reanudarán los ciclos menstruales habituales y tendrá lugar una ovulación unos 15 días después.
La mayoría de especialistas recomiendan esperar unos 2 o 3 meses después de un legrado para intentar un nuevo embarazo. De esta manera, tanto el estado físico como anímico de la mujer se habrán recuperado.
Aunque se trata de una intervención sencilla que no suele implicar riesgos, el legrado uterino puede dar lugar a algunas complicaciones como las siguientes:
Además de todo esto, también hay que tener en cuenta el impacto psicológico que puede ocasionar el legrado debido a un aborto involuntario en la mujer.
La técnica del legrado en sí no afecta a la fertilidad de la mujer, por lo que, tras su realización y la espera oportuna, la paciente puede quedarse embarazada.
De hecho, en algunos casos el legrado uterino puede mejorar el problema de esterilidad como, por ejemplo, cuando se eliminan pólipos endometriales que causan fallos de implantación.
Sin embargo, también es verdad que el legrado puede tener algún efecto negativo sobre la fertilidad debido a las posibles complicaciones asociadas, como es el caso del síndrome de Asherman.
Si llevas con tu pareja más de un año buscando el embarazo en casa (o más de 6 meses en el caso de mujeres mayores de 35 años) y no lo habéis conseguido, la guía Fertilidad con Cabeza os proporcionará recomendaciones útiles en vuestro camino por la reproducción asistida.
Si te interesa conocer más información sobre este tema, puedes seguir leyendo en el siguiente artículo: Fertilidad después del aborto: ¿Es posible el embarazo?
Silvia Azaña, embrióloga de Reproducción Asistida ORG, nos habla en este vídeo sobre el legrado uterino, sus indicaciones, procedimiento, los cuidados posteriores a la intervención y sus riesgos y posibles complicaciones.
Tal y como nos cuenta Silvia:
El legrado uterino o curetaje es una técnica ginecológica que consiste en raspar el endometrio, que es la capa más interna del útero (el revestimiento interior del útero) que, además, tiene la capacidad de regenerarse en cada ciclo menstrual.
Tras un legrado uterino, ya sea obstétrico o ginecológico, recomendamos dejar pasar uno o dos ciclos menstruales (depende de cada paciente) para comprobar la integridad endometrial y volver a realizar una nueva trasferencia embrionaria.
El legrado uterino es un procedimiento quirúrgico que consiste en realizar un raspado en las paredes del interior del útero con el fin de eliminar la capa mucosa del mismo: el endometrio. El ciclo de FIV se puede realizar coordinando una trasferencia en fresco o realizarlo previamente y concretar la criotrasferencia con endometrio óptimo a las 4/6 semanas de haber realizado el legrado.
Esta intervención quirúrgica suele realizarse por la Seguridad Social sin coste alguno, sobre todo cuando es necesario hacerlo por abortos espontáneos u otras patologías.
En caso de querer interrumpir el embarazo de forma voluntaria en una clínica privada, el coste del aborto quirúrgico en España se sitúa aproximadamente entre los 325 y 450€.
Los síntomas o efectos secundarios de un legrado son pocos. En general, se produce un sangrado vaginal durante los días posteriores a la intervención, que puede ir acompañado de cólicos en la zona de la pelvis y dolor de espalda.
A pesar de ello, la mujer ya puede hacer vida normal al día siguiente de la realización del legrado, ya que los analgésicos alivian estas molestias.
El especialista será siempre quien valore la situación. Sí que es cierto que el ginecólogo puede optar por realizar un legrado uterino para eliminar los restos embrionarios causantes de que la hCG no disminuya tras el aborto, si estos no se expulsan de manera natural.
Esto depende de cada mujer y de cuál haya sido la causa del legrado. En general, solamente se recomienda mantener reposo el día de la intervención y, en algunos casos, también al día siguiente, pero es habitual que la mujer recupere pronto su rutina diaria.
Ahora bien, en las mujeres que han sufrido un aborto espontáneo de varias semanas o si el sangrado vaginal es muy abundante, el médico suele dar una semana de baja laboral aproximadamente. Esto también dependerá del tipo de trabajo de la mujer y de cuáles son sus funciones.
Una de las cuestiones que más preocupa a las mujeres que han sufrido un legrado es cuándo van a poder volver a intentar el embarazo. Encontrarás toda la información sobre esto aquí: ¿Cuánto tiempo ha de pasar tras un aborto para intentar el embarazo?
También hemos mencionado el síndrome de Asherman como una posible complicación tras el legrado uterino. Si estás interesada en leer más acerca de este tema, puedes acceder al siguiente artículo: ¿Qué es el síndrome de Asherman? - Causas, síntomas y tratamiento
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