El lupus eritematoso sistémico (LES o Lupus) es una enfermedad autoinmune crónica que afecta al tejido conjuntivo. Esta enfermedad está caracterizada por la inflamación y daño de tejidos mediado por el sistema inmunitario, específicamente debido a la unión de anticuerpos a las células del organismo y al depósito de complejos antígeno-anticuerpo.
El LES puede afectar cualquier parte del organismo, aunque los sitios más frecuentes son el aparato reproductor, las articulaciones, la piel, los pulmones, los vasos sanguíneos, los riñones, el hígado (el primer órgano que suele atacar) y el sistema nervioso. El curso de la enfermedad es impredecible, con periodos de crisis alternados con remisión.
Sin embargo, la fertilidad de las personas que padecen lupus eritematoso no se ve afectada, aunque la búsqueda del embarazo debe estar planificada.
A continuación tienes un índice con todos los puntos que vamos a tratar en este artículo.
El lupus eritematoso, también conocido por sus siglas LES, es una patología autoinmune donde el propio cuerpo del paciente ataca sus órganos y tejidos. Se trata de una enfermedad sistémica puesto que puede afectar a cualquier zona del cuerpo. Además, el lupus eritematoso no tiene cura, pero existen diferentes tratamientos para controlar la enfermedad.
El síntoma más específico del lupus es la presencia de un eritema en forma de mariposa en la cara, aunque no es el único. Otros signos del LES son los siguientes:
La incidencia de esta enfermedad es mucho mayor en mujeres que en hombres, pero no significa que los hombres no padezcan lupus eritematoso sistémico.
La causa exacta por la que se desarrolla el lupus eritematoso se desconoce. Pese a ello, existe evidencia científica de que el lupus podría deberse a una combinación entre factores genéticos y ambientales.
Lo que está claro es que el lupus no es una enfermedad que se transmita a la descendencia ni que se contagie. Sin embargo, parece existir una predisposición genética que, en combinación con determinados factores, podría ser el motivo de desarrollar la enfermedad.
Entre los factores desencadenantes del lupus eritematosos se encuentran:
Aparte de todos estos factores desencadenantes, también es posible desarrollar una forma benigna de lupus eritematoso inducido por la administración de ciertos medicamentos. Es el caso del consumo de antipsicóticos como la cabamazepina, antibióticos como la minociclina, diuréticos como la hidroclorotiazida, etc.
Como hemos comentado anteriormente, el LES no tiene cura, pero existen diversos tratamientos que permiten controlar la evolución. Esta enfermedad cursa con brotes, por lo que la finalidad del tratamiento farmacológico es evitar que ocurran. A continuación, se detalla cada tipo de fármaco y su acción:
Otras consideraciones para tratar el lupus eritematoso sistémico es que se debe evitar la exposición a rayos ultravioleta mediante la protección frente al sol. Además, la mayoría de especialistas aconsejan a los pacientes con LES vacunarse de la gripe y del neumococo.
El lupus por sí mismo no interfiere en la fertilidad de la mujer, aunque es posible que dificulte llevar a término el embarazo. Es fundamental la valoración del estado de la enfermedad antes de que la mujer se quede embarazada. Además, también hay que conocer que existe un mayor riesgo de sufrir un brote de la enfermedad tras dar a luz.
Pese a ello, lo cierto es que el tratamiento para el lupus sí que podría afectar a la reserva ovárica de la mujer. Esto explicaría la dificultad para conseguir un embarazo en mujeres diagnosticadas de lupus eritematoso.
Aquellos casos en los que el embarazo de manera natural no llega, existe la posibilidad de recurrir a las técnicas de reproducción asistida. Esto es posible siempre y cuando la enfermedad esté controlada, ya que la estimulación ovárica podría conllevar a un brote. Sin embargo, esta situación se resolvería con facilidad con tratamiento.
Si llevas con tu pareja más de un año buscando el embarazo en casa (o más de 6 meses en el caso de mujeres mayores de 35 años) y no lo habéis conseguido, la guía Fertilidad con Cabeza os proporcionará recomendaciones útiles en vuestro camino por la reproducción asistida.
Hace años, el lupus eritematoso sistémico (LES) y el embarazo eran enemigos irreconciliables. Afortunadamente, diversos factores han hecho que en la actualidad muchas mujeres con LES se queden embarazadas y den a luz a sus hijos.
El embarazo en las pacientes con LES debería ser planificado. Así se evitaría la situación de una paciente con lupus que se queda embarazada en un momento en que la situación de la enfermedad no lo aconseja o el tratamiento de la misma lo contraindica.
Durante muchos años se prohibió el empleo de anticonceptivos orales en mujeres con LES. Sin embargo, hoy en día la literatura científica dice que esa contraindicación sólo existe en un grupo seleccionado de mujeres con LES.
En cualquier de los casos, el lupus eritematoso sistémico incrementa el riesgo de que la embarazada sufra:
Además, los bebés de madres con lupus eritematoso tienen más probabilidad de padecer lupus nenonatal, aunque desaparecerá con el tiempo y el 90% de los casos no desarrollan la enfermedad en el futuro.
Cuando una paciente con LES manifiesta su deseo de embarazo, se deben tener en cuenta varios puntos muy importantes:
Por ejemplo, una mujer con afectación renal en actividad o en tratamiento con ciclofosfamida debería potsponer su embarazo a otro momento más favorable en que la nefritis esté persistentemente bajo control y no se precise la utilización de fármacos absolutamente contraindicados durante el embarazo.
Una consulta monográfica en que se lleve a cabo la vigilancia estrecha de estas pacientes es uno de los factores implicados en la mejoría del pronóstico de los embarazos de las pacientes con LES.
La infertilidad como un aspecto de la salud reproductiva relacionada con el Lupus Eritematoso Sistémico (LES) está poco estudiada, pero es de mayor interés a medida que los métodos de tecnología de reproducción asistida (TRA) se vuelven cada vez más sofisticados y más ampliamente disponibles. Sin embargo, la pregunta de si el LES afecta intrínsecamente a la fertilidad sigue sin respuesta.
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La deficiencia de vitamina D es más común en personas afectadas por esta patología que en personas sanas. Una menor exposición solar por la fotosensibilidad que presentan estos pacientes, y una incapacidad para producir vitamina D activa por la disfunción renal, podrían explicar estos hallazgos.
En cuanto a la suplementación con vitamina D en estos pacientes, por su efecto inmunomodulador, hay resultados contradictorios. Mientras que algunos estudios no han encontrado ninguna relación clara en la actividad de la enfermedad y la serología con la suplementación con vitamina D, otros estudios han descrito una reducción de la actividad de la enfermedad por un efecto inmunosupresivo y antiinflamatorio.
Si la enfermedad está contralada en el momento de la gestación, no tiene por qué haber consecuencias. Sin embargo, es fundamental que las mujeres diagnosticadas de lupus planifiquen su embarazo con anterioridad para evitar poner en peligro sus salud.
El lupus no es una enfermedad hereditaria, aunque parece existir una predisposición hereditaria para contraer la enfermedad. De este modo, las personas con predisposición a la enfermedad, podrían desarrollar lupus si se pusieran en contacto con determinados factores de riesgo.
Sin embargo, el lupus eritematoso no se transmite de padres a hijos necesariamente.
En principio, la lactancia materna es posible en mujeres que padecen lupus eritematoso sistémico. Sin embargo, es importante comentar con el médico el deseo de lactancia puesto que determinados fármacos se podrían transferir a través de la leche al bebé.
El lupus eritematoso sistémico es una posible causa de esterilidad inmunológica. Si deseas seguir leyendo información sobre este tema, te recomendamos visitar este artículo: Infertilidad inmunológica: tipos, causas y tratamientos.
Si, por el contrario, te gustaría más información sobre otras enfermedades autoinmunes y su efecto en el embarazo, entonces te recomendamos este artículo: Enfermedades autoinmunes: ¿cómo afectan a la fertilidad y al embarazo?
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