La pérdida de líquido amniótico es una situación preocupante durante el embarazo, ya que este líquido es de vital importancia para el correcto desarrollo del bebé dentro del útero materno y hasta el momento del parto.
Una de las principales funciones del líquido amniótico es que ofrece protección frente a golpes o lesiones, así como evita la pérdida de calor. Por todo ello, la pérdida de líquido amniótico puede suponer una situación de riesgo y preocupación.
Además, la embarazada en numerosas ocasiones no sabe si está perdido líquido amniótico o si es una pérdida de orina ocasionada por la presión ejercida del útero sobre la vejiga. Sin embargo, el líquido amniótico y la orina tienen características diferentes, bien por el color y el olor.
A continuación tienes un índice con todos los puntos que vamos a tratar en este artículo.
El líquido amniótico es un fluido transparente, claro y sin olor que rodea al feto durante el embarazo. Este líquido es fundamental para asegurar la supervivencia del feto. Las funciones principales de este líquido resaltan la necesidad de disponer de una cantidad normal del mismo y dejan entrever las consecuencias de su falta:
A partir de las dos semanas de gestación, el líquido amniótico es básicamente agua. Durante el progreso del embarazo, se incorporan proteínas, hidratos de carbono y electrolitos a la composición del líquido amniótico, ayudando al feto a desarrollarse. El feto traga líquido amniótico e incorpora los nutrientes necesarios y luego lo elimina a través de la orina.
Aunque no es algo normal, puede ocurrir que la bolsa amniótica se rompa o sufra alguna fisura que lleve a la pérdida del líquido amniótico. Este hecho puede ser grave para el desarrollo fetal.
Si quieres seguir leyendo información acerca del líquido amniótico y sus funciones, puedes visitar este enlace: El líquido amniótico: ¿qué es y para qué sirve en el embarazo?
Algunas embarazadas no saben si están teniendo una pérdida de líquido amniótico o una pérdida de orina. Para saber con certeza si se está perdiendo líquido amniótico o no, se debe observar bien la ropa interior. En este caso, si se produjera una pérdida de líquido amniótico, la ropa interior quedaría mojada con un líquido acuoso transparente e inodoro similar al agua. En cambio, las manchas de flujo vaginal o de orina son diferentes.
El flujo vaginal es filamentoso, más viscoso y espeso; mientras que la orina se diferencia claramente por su olor tan característico y su color amarillento.
En caso de duda, existen test caseros como el AL-Sense. Este test se vende en farmacias y consiste en un salvaslip que se coloca en la ropa interior para detectar las pérdidas de líquido amniótico.
Este protegeslip especial contiene dentro una tira reactiva. Así, según el color que adquiera la tira, podremos comprobar el origen de la pérdida de líquido. Si se vuelve amarilla, se debe a una pérdida de orina, mientras que, si se torna azul o verde, es indicativo de que la pérdida es de líquido amniótico.
Además, cuando se produce la pérdida de líquido amniótico, aparte de observar la ropa interior, la embarazada notará una reducción en los movimientos del feto.
La pérdida de líquido amniótico en las etapas finales del embarazo puede resultar algo desconcertante para la embarazada, ya que hacen dudar de si el parto está comenzando. Además, una rotura de la bolsa antes de la fecha de parto podría ser indicativo de riesgo de parto prematuro o de aborto.
No hay otros síntomas asociados a la pérdida de este líquido, por lo que pueden entrar dudas sobre si se ha roto la bolsa o no. En caso de no tener claro el origen del líquido, se deben tomar las siguientes medidas:
En caso de que la bolsa esté rota, se podrá ver una mancha más o menos grande en el paño. Por el contrario, si la bolsa amniótica no está rota, el paño estará seco o con un poco de flujo.
Ante la duda, siempre es recomendable consultar con el médico, que hará una exploración y un rápido análisis del líquido que se pierde para determinar si realmente se trata de líquido amniótico.
En ocasiones, la causa exacta por la que se produce la pérdida de líquido amniótico no se conoce. Sin embargo, entre las causas más frecuentes de la pérdida de líquido amniótico se encuentran las siguientes:
Otra posible causa de la pérdida de líquido amniótico son las malformaciones o anomalías fetales. A partir del segundo trimestre, el feto comienza a tragarse el líquido amniótico y a expulsarlo por la orina. Si sus riñones presentan alguna alteración, es posible que ocurra una pérdida de líquido amniótico.
Del mismo modo, el síndrome de transfusión feto-fetal también puede ser motivo de que uno de los fetos reciba menos cantidad de líquido amniótico.
Muchas veces, la pérdida de líquido amniótico es la clave de malformaciones en el feto, en su función renal o en el crecimiento del mismo.
Ante la mínima sospecha de pérdida de líquido amniótico, la embarazada deberá acudir al médico para que valore los niveles de este líquido y el estado de la gestación por medio de una ecografía.
Puesto que la rotura de la bolsa amniótica no puede evitarse, es importante llevar un tratamiento adecuado. En situaciones en las que se sospecha un posible riesgo grave para el feto, existe la posibilidad de que el médico decida inducir el parto si se está en la última fase del embarazo.
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Ante la pérdida de líquido amniótico, la ropa interior aparece manchada con un líquido transparente y sin olor similar al agua. Para tener la certeza de que se trata de líquido amniótico, existen en farmacias unos salvaslips especiales que se colocan en la ropa interior para detectar este tipo de pérdidas. Si adquiere un color azul o verde, entonces significa que se está perdiendo líquido amniótico. Este test se denomina AL-Sense.
Si el flujo no tiene ni color ni olor y es muy líquido, lo más probable es que sí. Ante la duda, siempre es recomendable acudir al médico.
El riesgo dependerá de la cantidad que se haya perdido y de la etapa del embarazo en que ocurra. Si se pierde una cantidad excesiva de líquido amniótico, el bebé puede nacer con alteraciones, ya que este líquido es imprescindible para su correcta formación y para protegerlo del exterior.
Si quieres saber más sobre la importancia del líquido amniótico en el embarazo, accede a este artículo: Líquido amniótico.
No. Cuando se produce una pérdida de líquido amniótico antes del parto, puede conllevar un peligro para la salud del feto. En concreto, si la pérdida de líquido amniótico ocurre antes de la semana 22 de gestación, existen altas probabilidades de que tenga lugar un aborto espontáneo.
En estas situaciones, el feto tiene que ser capaz de superar una posible infección, una bajada de la temperatura y los riesgos derivados de un déficit en la maduración de sus pulmones.
Depende de su tamaño. Si se trata de una fisura pequeña, es posible sellarla a través de la técnica Amniopatch, por ejemplo. Para ello, se utilizan plaquetas y crioprecipitados, formando una especie de parche.
Cuando se produce una pérdida de líquido de amniótico ocurrirá una situación de oligohidramnios. Si quieres saber más información acerca de esta alteración de líquido amniótico, te recomendamos visitar el siguiente artículo: Oligohidramnios: causas, diagnóstico y tratamiento en el embarazo.
Aparte de la pérdida de líquido amniótico, también pueden ocurrir otras complicaciones a lo largo del embarazo. En el siguiente artículo se hablan acerca de todas ellas: ¿Cuáles son las complicaciones del embarazo más comunes?
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