La biopsia de vellosidades coriales (BVC) o simplemente biopsia corial es una prueba prenatal invasiva en la que se obtienen células de la placenta para analizarlas y detectar si el bebé sufre alguna anomalía.
Este estudio genético prenatal se realiza entre las semanas 10 y 14 de embarazo, lo cual permite obtener un diagnóstico más temprano que en el caso de la amniocentesis (esta prueba se realiza en la semana 16 de gestación).
Puesto que la técnica tiene unos riesgos asociados, la biopsia de corion solamente se realizará cuando existan indicaciones para ello, como una edad materna avanzada o un mal resultado en la prueba del cribado combinado del primer trimestre.
A continuación tienes un índice con todos los puntos que vamos a tratar en este artículo.
La biopsia de corion consiste en la obtención y posterior análisis de las vellosidades coriales, unas diminutas protuberancias que emergen del corion y cuyas células poseen la misma dotación genética que el feto.
El corion es la envoltura externa que envuelve el embrión y que está implicado en la formación de la placenta junto al endometrio de la madre.
En las primeras semanas de embarazo, durante el desarrollo de la placenta, las vellosidades coriónicas entran en contacto con el endometrio de la mujer y permiten el intercambio de nutrientes entre la madre y el feto.
En función del ginecólogo que realiza la prueba, la biopsia de vellosidades coriónicas puede realizarse de dos formas distintas:
En general, se obtiene una mayor cantidad de muestra por vía transcervical. Además, las molestias que siente la mujer también son menores por esta vía.
Después de la realización de la biopsia corial, la mujer deberá permanecer en reposo entre 24 y 48 horas. Sobre todo es importante no hacer esfuerzos físicos ni tener relaciones sexuales.
Una de las ventajas de la biopsia corial es que puede realizarse entre las semanas 10 y 14 de gestación, obteniéndose así un diagnóstico precoz. En cambio, la amniocentesis no puede realizarse antes de la semana 15.
Esto es algo muy importante, ya que en caso de obtener un resultado alterado, la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) es menos traumática que si se realiza más tarde.
No obstante, si se hiciera una biopsia corial antes de la semana 10, podría tener consecuencias en el feto como el acortamiento de sus extremidades.
Puesto que se trata de un procedimiento invasivo, la biopsia de vellosidades coriónicas solamente se realiza en mujeres con alguna indicación.
A continuación, vamos a comentar estas situaciones:
Actualmente, la biopsia de corion es la técnica de elección para detectar anomalías cromosómicas y/o enfermedades hereditarias en el feto durante el primer trimestre de gestación.
Con el análisis de las vellosidades coriales de la placenta es posible descartar más de 200 patologías en el feto, entre ellas trastornos genéticos, defectos del tubo neuronal o malformaciones cardiacas.
Los primeros resultados de estudio pueden obtenerse en tan solo 48 horas, donde se descartan las enfermedades más comunes, lo cual es mucho más rápido que en la amniocentesis. El estudio completo de la biopsia corial tardará unas semanas, ya que también incluye el cultivo celular.
Por otra parte, la fiabilidad de la amniocentesis es un poco superior a la fiabilidad de la biopsia de corion. A pesar de ello, el estudio de las vellosidades coriales tiene un grado muy elevado de precisión y proporciona un resultado válido en el 99% de los casos.
Existe una posibilidad mínima de obtener un resultado dudoso por el llamado mosaicismo confinado a la placenta. Al desarrollarse más rápidamente, las células de las vellosidades coriónicas pueden presentar alteraciones cromosómicas que realmente no existen en el feto.
En este caso, sí que sería necesario hacer una amniocentesis para confirmar el resultado de la biopsia de corion.
El principal riesgo de la biopsia de corion es el aborto, aunque hoy en día solamente ocurre en un porcentaje menor al 1%.
Sí que es más probable que ocurra un sangrado vaginal después de la biopsia transvaginal, por eso es importante guardar reposo después de la prueba.
Otras complicaciones que pueden tener lugar después de la biopsia corial son la rotura prematura de las membranas, la infección del líquido amniótico y de las membranas (corioamnionitis).
Ambas son técnicas de diagnóstico prenatal invasivas. El ginecólogo debe ser quién indique cuándo realizar una u otra en función de la edad gestacional.
Lo más precoz es una biopsia de corion que se puede hacer entre la semana 10 y 14 de embarazo. Tiene un riesgo de aborto de un 7-8%. Se realiza extrayendo una pequeña muestra de vellosidades coriónicas.
La amniocentesis se puede hacer entre la semana 16-18 de embarazo. Se realiza extrayendo líquido amniótico. El riesgo de aborto con esta técnica es de 0,6 y el 1%.
Ambas dos, presenta riesgo de interrupción natural de embarazo.
La prueba, en principio, no es dolorosa. No obstante, algunas mujeres sienten molestias durante la biopsia corial, pero suelen ser molestias parecidas a cuando se realiza una citología. Por tanto, la embarazada puede notar un pinchazo o dolor menstrual cuando la biopsia se realiza por vía transvaginal.
Si la biopsia se hace por vía transabdominal, la mujer puede sentir una ligera molestia cuando la aguja entra en la barriga y posterior dolor en la parte inferior de la espalda.
Si el análisis de las vellosidades coriales muestra que el feto está afectado por alguna malformación o anomalía genética, la mujer o la pareja tendrá que decidir si desean continuar con el embarazo o practicar un aborto terapéutico.
En función de cada caso, el médico podría recomendar hacer una amniocentesis más adelante para confirmar el resultado.
No obstante, hay que tener en cuenta que la interrupción voluntaria del embarazo será más sencilla cuando antes se haga.
En caso de una gestación bicorial en la que cada feto tiene su placenta, será necesario hacer una extracción de las vellosidades coriales de cada una de ellas. En función de la posición de cada feto dentro del útero, es posible que sea necesario utilizar ambos métodos, es decir, por vía transcervical y por vía transabdominal.
Si necesitas obtener más información sobre todas las pruebas y el seguimiento realizado a lo largo de la gestación, puedes seguir leyendo aquí: Control prenatal del embarazo.
Por otra parte, existen otras pruebas prenatales no invasivas que podrían sustituir a la biopsia de corion como, por ejemplo, el test de ADN fetal en sangre materna. Puedes leer más sobre éste en el siguiente post: Test prenatal no invasivo en sangre materna.
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