El síndrome de Morris, también conocido como Síndrome de Insensibilidad a los Andrógenos (SIA), es una alteración genética que afecta al desarrollo sexual del individuo.
En concreto, la persona nace con un sexo genético masculino (XY), pero su desarrollo y apariencia física es de mujer. Por esta razón, también se dice que el síndrome de Morris es un tipo de pseudohermafroditismo masculino.
Las personas con SIA poseen caracteres sexuales femeninos y, por tanto, se considera que son mujeres. Sin embargo, no tienen útero ni ovarios, y descubren que padecen esta alteración genética por la ausencia de menstruación al llegar a la pubertad. Como consecuencia de esto, estas mujeres también serán estériles.
A continuación tienes un índice con todos los puntos que vamos a tratar en este artículo.
La causa del síndrome de Morris es una mutación genética localizada en el cromosoma sexual X que afecta al gen AR (receptor de andrógenos).
Lo que ocurre es que no hay formación de las proteínas receptoras de andrógenos y, como consecuencia, estas hormonas sexuales masculinas no pueden llevar a cabo su función. Se dice que la persona es resistente a los andrógenos.
Los andrógenos, y en concreto la hormona testosterna, son los encargados del desarrollo sexual en los varones. Intervienen en la formación y descenso de los testículos, crecimiento del pene, aparición de vello, espermatogénesis, etc.
Las mujeres con el síndrome de Morris tienen unos niveles de testosterona en sangre similares a los del hombre. No obstante, su cuerpo no es capaz de absorberla y, como consecuencia, hay un desarrollo sexual femenino.
La alteración genética que da lugar al SIA tiene dos orígenes diferentes:
La gravedad del síndrome de insensibilidad a los andrógenos depende del nivel de déficit de los receptores androgénicos.
En función de cómo sea el grado de insensibilidad, existirán los siguientes tipos:
El SIA completo también puede llamarse feminización testicular completa porque se impide el desarrollo del pene y otros órganos corporales masculinos.
El síndrome de Morris puede aparecer en uno de cada 20.000 a 64.000 recién nacidos de sexo masculino. Esta prevalencia podría ser incluso mayor si se cuentan los casos no diagnosticados.
Las personas con genotipo 46,XY que padecen el síndrome de Morris tienen un desarrollo sexual aparentemente femenino, pero con algunas particularidades.
La resistencia del feto a la acción de los andrógenos durante la embriogénesis impide la formación completa del aparato reproductor masculino. No obstante, sí hay testículos debido a que su formación depende del gen SRY presente en el cromosoma Y.
Los genitales externos se desarrollan como si las hormonas masculinas no existiesen, con un aspecto igual o muy similar a los de una mujer: vagina, vulva, pechos...
En general, no se intuye ningún síntoma del SIA durante la infancia de estas niñas. Sin embargo, una vez se alcanza la pubertad, la falta de menarquia (primera regla) hace sospechar que algo no va bien.
Otras características y rasgos físicos del síndrome de Morris son los siguientes:
En la actualidad, no hay ningún tratamiento efectivo para corregir el déficit de los receptores de andrógenos y que el sexo masculino pueda expresarse.
No obstante, hay algunas intervenciones que pueden ayudar a estas personas a llevar una vida lo más normal posible. Las comentamos a continuación:
Los individuos que presentan el Síndrome de Morris generalmente son cromosómicamente XY, es decir, de sexo masculino, sin embargo, su aspecto es femenino.
Presentan genitales aparentemente femeninos, y al llegar a la pubertad expresan ensanchamiento de caderas, voz aguda y mamas (generalmente poco vello en pubis y axilas). Sin embargo, no presentan menstruación. Es en este momento suele producirse el diagnóstico, ya que al realizar la revisión ginecológica se observa que no poseen útero.
Respecto a la vagina, suele ser corta y en fondo de saco (sin comunicación con el útero porque no lo hay), y a veces provoca dolor con las relaciones sexuales. A veces no presentan ovarios o éstos están atrofiados y suelen tener testículos en la región inguinal, es decir, sin descender. Estos testículos generalmente no fabrican espermatozoides.
En cualquier caso, las características del síndrome dependen del nivel de afectación de los receptores androgénicos, y el cuadro puede ser desde leve, con genitales externos masculinos, a completo, con genitales externos completamente femeninos.
Aunque estas personas tienen un genotipo típico masculino, con cromosomas sexuales X e Y, físicamente son mujeres y han sido criadas e identificadas como tal desde su nacimiento. Normalmente, la identidad femenina persiste en estas personas después del diagnóstico y durante el resto de su vida. Sin embargo, también puede suceder que haya un cambio de identidad y que la persona se identifique como un hombre.
La manera más sencilla de confirmar que una mujer padece este tipo de pseudohermafroditismo es a través de un análisis de sangre y el estudio del cariotipo para ver los cromosomas. Por otra parte, mediante un análisis hormonal también se observará un nivel elevado de andrógenos, típico del sexo masculino.
Un gonadoblastoma es un tipo de tumor muy raro, formado por una combinación de células germinales y cordones sexuales-estroma, que se encuentra exclusivamente en pacientes con alguna disgenesia gonadal, como es el caso del síndrome de Morris.
Para evitar el desarrollo de esta clase de tumores en mujeres con SIA que presentan testículos atrofiados, es recomendable extirparlos tan pronto como sea posible después de la pubertad.
Los testículos atrofiados pueden notarse mediante palpación en las ingles o en la parte baja del abdomen, y también pueden dar lugar a hernias inguinales.
Al no tener útero ni ovarios, estas mujeres no pueden tener un embarazo ni un hijo biológico. Sus opciones reproductivas para poder ser madres serán la adopción o la gestación subrogada (técnica ilegal en nuestro país hoy en día) con donación de óvulos.
Si te interesa obtener más información sobre la gestación por sustitución o maternidad subrogada, te recomendamos visitar el siguiente post: ¿Qué es la gestación subrogada?
A lo largo de la historia, ha habido varias leyendas que afirman que algunos personajes históricos sufrían el síndrome de Morris, como son los casos de Juana de Arco o la reina Isabel I de Inglaterra.
También en la actualidad, sigue habiendo rumores no confirmados de algunas famosas con síndrome de Morris como, por ejemplo, la presentadora Anne Igartiburu, la ministra Fátima Báñez o las actrices de Hollywood Nicole Kidman y Charlize Theron.
El síndrome de Morris es una alteración hereditaria ligada al cromosoma X y, por tanto, podría ser evitada gracias al diagnóstico genético preimplantacional (DGP) en los embriones durante un tratamiento de reproducción asistida. Si quieres saber en qué consiste esto, te invitamos a leer el siguiente post: ¿Qué es el DGP?
Por otra parte, si quieres consultar algunas de las pruebas diagnósticas que pueden hacerse en estas mujeres, puedes seguir leyendo aquí: ¿En qué consiste un estudio de fertilidad femenina?
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