Ovoclinic Ceuta responde a nuestros lectores
La Inseminación Artificial (IA) es una técnica de reproducción asistida donde una vez ha llegado el momento de la ovulación, se deposita semen capacitado en la vagina para conseguir la gestación. Es poco el resultado que se obtiene más allá de lo que sería un coito dirigido.
Si estamos ante una IA sin estimulación ovárica no tenemos forma de controlar si la ovulación es única o no. En la mayoría de los casos, se prescribe un tratamiento para conseguir una estimulación ovárica y esto sí que favorece la ovulación múltiple.
En la IA solo se deposita semen en el momento adecuado. Por tanto, contestando a la pregunta de si es posible ovular dos veces en un ciclo de IA y si se realiza estimulación ovárica para la misma, puede ser más frecuente la doble ovulación.
La única alternativa para evitar esta circunstancia es realizar una Fecundación in Vitro (FIV) en el laboratorio y cultivar los embriones hasta el estadio de blastocisto. De esta forma, controlamos los embriones generados en el laboratorio y transferimos siempre - salvo indicación expresa de la paciente – un único embrión. En conclusión, la IA sí presenta la posibilidad de gestación múltiple, la FIV no.
La libido o simplemente libido se define como deseo de placer y más concretamente como placer sexual. La libido es el impulso, la fuerza creadora, la energía vital. Está condicionada por factores hormonales, psicológicos y nerviosos. El estrés juega un papel fundamental en el deseo sexual, los niveles altos de estrés, generan elevados niveles de cortisol y este influye negativamente en el deseo sexual, por tanto, a más estrés menor deseo y, por lo tanto, menor libido.
Una paciente en tratamiento con puregon implica que está inmersa en un proceso de reproducción asistida y esto suele generar un alto nivel de estrés que lógicamente influye sobre el deseo y la libido. El puregon en sí, no presenta un efecto adverso relacionado con la disminución de la libido.
El síndrome de Kartagener es un trastorno genético autosómico recesivo que afecta al movimiento ciliar en general. Por tanto, la movilidad del flagelo de los espermatozoides también resulta afectada, por lo que no podría alcanzar el óvulo para fecundarlo.
Una mujer joven sí puede tener un prolapso uterino, aunque esta circunstancia es muy rara en pacientes que no hayan sufrido el traumatismo que supone el embarazo y parto vaginal para el soporte del suelo pélvico.
Garantizado y confirmado el útero vacío mediante una ecografía con buena valoración de la cavidad endometrial, lo normal es esperar al menos dos reglas para asegurar el buen funcionamiento del ciclo endometrial y garantizar por tanto una trasferencia uterina en las mejores condiciones.
La estimulación ovárica comprende el tratamiento médico empleado para conseguir óvulos propios en el proceso de Fecundación in Vitro (FIV). Este proceso no supone ninguna “amenaza” para el ovario, sino una recuperación de todo su potencial.
No hay mayor riesgo de sufrir un cáncer al realizar un tratamiento de estimulación ovárica.
Cada ciclo aporta un pool de folículos al inicio de cada periodo menstrual que depende de las circunstancias de cada paciente y de ninguna manera a tratamientos prescritos. Esta secuencia se repite después de cada regla para iniciar un nuevo ciclo ovárico. Se reclutan en cada ciclo un número de folículos que van disminuyendo a medida que se cumplen años y se va agotando la reserva ovárica hasta que se llega a la menopausia por agotamiento folicular.
El tratamiento de estimulación ovárica no influye en la recuperación de folículos antrales, solo actúa sobre los folículos previamente reclutados para impedir su desaparición. La reserva ovárica no se ve afectada por los tratamientos empleados en la estimulación ovárica, porque solo actúa sobre los folículos en el ciclo presente y no sobre los previstos para los próximos ciclos menstruales. El consumo de folículos depende de la edad o de la patología ovárica, nunca de los tratamientos empleados en fertilidad para la recuperación de óvulos en un ciclo de FIV.
En el varón, la FSH nos informa de la espermiogénesis indicándonos el funcionamiento testicular. En este caso, la muestra se puede tomar en cualquier momento.
La FSH en la mujer nos indica el desarrollo folicular y siempre debe tomarse al principio del ciclo menstrual desde el tercer o quinto día iniciada la regla.
El IMC sí influye negativamente, aunque per se, no impide la inseminación artificial. Va a depender en última instancia de cómo ese grado de sobrepeso u obesidad influya en el ciclo ovárico y si este es factible o no de corregirse con medicación a pesar de mantener IMC elevado.
La oligozoospermia consiste en un bajo recuento de los espermatozoides en el eyaculado. Esta alteración seminal no suele ser reversible, pero dependerá del caso del paciente.
ELONVA se presenta como la mejor opción para el tratamiento tanto de la baja respondedora como de la baja reserva ovárica puesto que actúa con una alta dosis de hormona purificada muy al inicio de la fase de reclutamiento folicular. De este modo, permite la maduración folicular.
Disponer de un marcador de reserva ovárica es fundamental para saber las posibilidades con las que contamos al iniciar un ciclo de estimulación ovárica.
Afortunadamente, tenemos un marcador que es la Hormona Antimülleriana (AMH) que da un valor constante independiente del momento del ciclo. La hormona que informa sobre la reserva ovárica es la AMH, aunque normalmente hacemos un estudio conjunto con ecografía de recuento de folículos antrales y valores de AMH.
Sí es posible el embarazo tras una IA, aunque el cuello uterino esté ligeramente cerrado. La cánula que se utiliza para la inseminación es estrecha y es capaz de pasar a través del cérvix, pese a que sea complicado.
No suelen ser lo habitual, ya que los anticonceptivo provocan que la menstruación sea de menor cantidad a lo normal.
Con los anticonceptivos la fase de proliferación endometrial estrogénica tras la regla es menos abundante. El endometrio crece menos porque el nivel de estrógeno circulante ha disminuido, la selección folicular está mediada por el anticonceptivo y la ovulación no se produce, de forma que no existe progesterona circulante para actuar sobre el endometrio y producir una secreción sobre una impregnación estrogénica.
Dependerá de las características particulares de cada persona y de sus circunstancias (nivel económico, pareja, edad de la paciente, etc.).
Una mujer soltera puede realizar una Fecundación in Vitro (FIV) o una Inseminación Artificial (IA) con semen de donante para conseguir el embarazo. En el caso de que la Inseminación Artificial (IA) no sea posible por mala respuesta ovárica se planteará una Fecundación in Vitro (FIV) con sus óvulos y semen de donante.
Si tras la fecundación se ha obtenido una mala respuesta, en este caso concreto, podríamos plantear la necesidad de realizar una FIV con óvulos de donante y semen de donante. Es lo que llamamos doble donación. Aunque también se podría plantear la adopción de embriones.
Una inseminación artificial (IA) ya sea con semen de pareja o con semen de donante no contraindica tener relaciones sexuales tras su realización, mientras se haya llevado a cabo con ciclo espontáneo. En cambio, si se ha realizado un ciclo estimulado, habrá que diferenciar entre una IA con semen conyugal y una IA con semen de donante.
Lo primero de todo, es importante entender que es una cosa de dos. Un tratamiento de fertilidad es un largo viaje y debe existir una complicidad con la pareja, en caso de tenerla. Aquellas mujeres que deciden iniciar el camino de manera solitaria, también deben estar seguro de ello y apoyarse tanto en la familia como en el personal médico.
Independientemente del modelo de familia, hay que conocer cada una de las fases del tratamiento reproductivo, es decir, tiene que haber comunicación entre los pacientes y el personal de la clínica, así como preguntar cualquier duda.
A través de una analítica sanguínea donde se determina el valor de la hormona antimulleriana (AMH) junto con un control ecográfico para valorar el número de folículos antrales, se puede estudiar la actividad reserva ovárica de la mujer en un momento determinado.
Sí se puede. Para ello, será necesario determinar el momento exacto para la transferencia embrionaria, teniendo en cuenta la afinidad del endometrio y la maduración del blastocisto.
No existe un riesgo mayor en la fecundación in vitro (FIV) en mujeres que han pasado por una cauterización del cuello uterino. Esto es porque la fecundación ocurre en el laboratorio, por lo que no interviene el cérvix.
Se define Salpingitis como inflamación / infección de las trompas de Falopio, estas son estructuras tubulares que comunican los ovarios con el útero, permiten el ascenso de los espermatozoides para fecundar el ovulo recogido por la porción ampular y conducirlo hasta el endometrio donde debe implantarse.
Una inflamación en esta estructura anatómica en comunicación directa con el endometrio, altera la receptividad endometrial y, por tanto, disminuye las posibilidades de implantación del blastocisto.
![Imagen: ¿Cómo afecta la salpingitis a la fertilidad?](https://www.reproduccionasistida.org/wp-content//salpingitis-receptividad-endometrial-tasa-implantacion-670x285.png)
En este caso, sí que se debe tratar la salpingitis previamente al inicio de la FIV, o previamente de realizar la trasferencia embrionaria. En la mayoría de los casos, supone la salpinguectomia bilateral, extirpación de ambas trompas de Falopio.
La hormona antimülleriana (AMH) en la mujer nos informa de la cantidad de folículos ováricos disponibles, independiente del ciclo menstrual y de la edad de la paciente, aunque suele estar relacionada con su edad reproductiva.
Es sabido que la mujer nace con una dotación folicular finita que se va agotando a medida que se cumplen años, por tanto, una antimülleriana baja es indicativo de que el número de folículos totales disponibles en el ovario esta disminuido. Menos folículos disponibles menor respuesta. Pero esto no es del todo así, puesto que tenemos que tener en cuenta otro factor importante que es en RFA (Recuento de Folículos Antrales).
![Imagen: Hormona antimulleriana y baja reserva ovárica](https://www.reproduccionasistida.org/wp-content//antimulleriana-baja-respuesta-ovarica-baja-670x285.png)
Cada ciclo menstrual los ovarios ponen a disposición un numero de folículos para su desarrollo en cada ciclo. Este número de folículos disponibles suele disminuir con la edad, pero no depende necesariamente del recuento restante en el ovario. Digamos que son complementarios pues lo que define realmente la baja respuesta es el número de folículos disponibles en cada ciclo (RFA) que suele ser menor cuanto más baja sea la AMH. Normalmente están relacionados, pero lo que realmente define la baja respuesta no es la AMH sino el RFA.
Aquellas mujeres que se queden embarazadas por debajo de los 20 años tienen más riesgos biológicos relacionados con un menor peso al nacer y partos prematuros. Además, puede haber riesgo de hipertensión arterial durante el embarazo junto con problemas psicológicos, entre otros.
Tras un legrado uterino, ya sea obstétrico o ginecológico, recomendamos dejar pasar uno o dos ciclos menstruales (depende de cada paciente) para comprobar la integridad endometrial y volver a realizar una nueva trasferencia embrionaria.
El legrado uterino es un procedimiento quirúrgico que consiste en realizar un raspado en las paredes del interior del útero con el fin de eliminar la capa mucosa del mismo: el endometrio. El ciclo de FIV se puede realizar coordinando una trasferencia en fresco o realizarlo previamente y concretar la criotrasferencia con endometrio óptimo a las 4/6 semanas de haber realizado el legrado.
Sí, efectivamente se puede y se debe evitar. El embarazo múltiple, en el pasado, era una complicación que afortunadamente hoy se ha superado gracias al avance y estudio de las técnicas de reproducción asistida humana. A día de hoy, no es aconsejable mantener un ciclo con alto riesgo de embarazo múltiple.
En el caso que nos ocupa, si en el trascurso de la estimulación ovárica se desarrollan tres o más folículos se reconducirá la situación para mantener la estimulación y se programará la punción ovárica para extraer y fertilizar los óvulos obtenidos en el laboratorio y realizar la trasferencia de los embriones en ciclos diferidos sucesivos.
Sí, es posible. La azoospermia secretora es la ausencia de espermatozoides en el eyaculado. Cuando nos referimos a que es secretora es cuando dicha ausencia se debe a la falta de producción espermática en los testículos (espermatogénesis). Esta alteración espermática puede ser reversible o irreversible.
En el caso de obstrucción de los deferentes es posible recuperar espermatozoides mediante biopsia testicular de forma que se puedan rescatar las células germinales masculinas y realizar una ICSI (Inyección Intracitoplasmática).
El aceite de onagra es el extracto concentrado obtenido de las plantas: Oenothera biennis y Oenothera lamarkiana. Este aceite es utilizado desde hace años en múltiples procesos patológicos en la mujer, de hecho, se le conoce coloquialmente como la planta de la mujer.
El aceite de onagra favorece el desarrollo folicular y, por tanto, la calidad de los óvulos, además, mejora los trastornos premenstruales, regula el colesterol, la diabetes etc.
Sí. Para poder llevar a cabo este tratamiento, se procederá a tomar una muestra adecuada de semen previo al tratamiento oncológico para criopreservarla.
Si el tratamiento oncológico ya se ha realizado con anterioridad, tendríamos que evaluar su repercusión sobre la espermatogénesis y decidir los pasos a seguir según el historial o caso del paciente.
El tratamiento ideal consistiría en una ICSI (Inyección intracitoplasmática de Espermatozoides). Se trata de un procedimiento que se emplea, sobre todo, en casos de factor masculino severo, es decir, cuando hay pocos espermatozoides (bajo recuento), tienen poca movilidad (motilidad) o no tienen la forma correcta (alteraciones morfológicas).
Esta técnica reproductiva consiste en la fecundación de los ovocitos por inyección de un espermatozoide en su citoplasma a través de una microaguja especial. Gracias a la ICSI nos aseguramos de que el espermatozoide que va a entrar en el óvulo es el mejor y que, por tanto, será el que mayores posibilidades de fecundación tenga.
No existe ninguna contraindicación médica para un ciclo de ICSI repetido, por tanto, no se ha establecido un número máximo de intentos. Yo recomendaría realizar un total de tres intentos si no ha habido éxito durante los ciclos previos.