Para considerar que un espermatozoide tiene una forma normal, debe cumplir con una serie de características referentes a sus partes principales: la cabeza, el cuello y la cola.
La cabeza del espermatozoide debe ser ovalada y estar compuesta por dos regiones bien diferenciadas: el núcleo, región que contiene los 23 cromosomas de origen paterno, y el acrosoma, depósito de hidrolasas que se encuentra en la parte más distal. Además, la cabeza del espermatozoide debe estar libre de vacuolas o que éstas ocupen menos del 20% del volumen.
El cuello o pieza intermedia, parte que une la cabeza con la cola y que contiene las mitocondrias del espermatozoide, debe ser un poco más largo que la cabeza.
Por último, la cola es la parte más larga y estrecha del espermatozoide. Para que éste pueda desplazarse de manera progresiva, su cola debe tener un movimiento serpenteante o en forma de S.